Campeón y con récord

Jaret Arias gana el concurso nacional de abridores de ostras.

El reto era importante, sobre todo para un profesional que solo llevaba sirviendo ostras en su negocio desde hacía menos de un año. Pero Jaret Arias, un leonés afincado en Cantabria, no dudó en viajar hasta Madrid, animado por un buen amigo, para, en el marco del Salón Gourmet, presentarse al campeonato de España de abridores de ostras, ganarlo y, además, establecer el actual récord de la prueba. Sin duda, toda una hazaña, porque allí la competencia fue tan dura como la misma prueba.

Jaret, propietario de La Mar, un local con productos delicatessen en la santanderina calle de Peña Herbosa –ostras, anchoas, foie artesano, queso franceses, ventresca…–, sin cocina y sin humos, tuvo antes de presentarse al campeonato nacional que superar una preselección de la que quedaron tan solo diez finalistas.

El hostelero leonés afincado en Cantabria logró abrir y servir 30 ostras en 2 minutos y 56 segundos

Luego llegó la gran prueba final en la capital del país. «Se juzgó –según Jaret– la velocidad, la limpieza y la presentación» y él lo hizo todo perfectamente en un vertiginoso tiempo de 2 minutos y 56 segundos. En total fueron 30 ostras las que tuvo que abrir y sin ninguna penalización. Cada fallo sumaba segundos al cronómetro.
Este profesional hostelero asegura que el secreto para abrir las ostras con garantías está en contar con un buen ‘cuchillo’ y saber por qué parte de la ostra hay que meterlo. «Aquí –dice– cada uno tiene su truco, su historia». Él utiliza un ‘cuchillo’ americano para abrir, cortar, limpiar y servir. Y es que, asegura, «el material es muy importante». Después explica que introduce el cuchillo por detrás, que gira fuertemente a la izquierda, que corta por abajo…

La Mar

Jaret Arias y su hermana Sisselle abrieron La Mar el 4 de julio del pasado año. Venían de su León natal, les gustaba Santander y querían un buen lugar para instalar su ostrería. Ambos pensaban que este producto podría interesarle mucho al público santanderino. Y el tiempo les ha dado la razón. Un local de estas características en una de las calles más animadas y marineras de la ciudad, cercano a Puertochico, con una oferta diferente, no pinta nada mal.

Pero La Mar es algo más que una taberna con productos de gran calidad. Por la noche, a partir de las doce, se baja un poco la luz y se sirven copas, tragos cortos y largos, bien preparados y sorprendentes cócteles. «Algo un tanto americano», señala su propietario. Y es que tanto Jaret como Sisselle provienen del mundo de la coctelería.