Alimentación y disfunción eréctil Alimentación y disfunción eréctil
La disfunción eréctil afecta directamente a gran número de varones en España, e indirectamente a otras tantas mujeres. Según el estudio realizado por la... Alimentación y disfunción eréctil

La disfunción eréctil afecta directamente a gran número de varones en España, e indirectamente a otras tantas mujeres. Según el estudio realizado por la Asociación Española de Andrología el problema afecta a un 20% de los españoles de los que un 75% están sin diagnosticar. Cantabria ocupa una posición intermedia en el ránking nacional con 34.997 pacientes diagnosticados. La tasa de infra diagnóstico es similar a la del resto de España. Una mínima proporción de los cántabros afectados acude al médico para que le solucione el problema. La mayoría recurre a internet (48%) o a los amigos (33%). Y al final todos acaban utilizando las pastillitas mágicas, que antes eran azules y de efecto inmediato y ahora también las hay de otros colores y de efecto retardado. Pero hay otras posibilidades.

Se acaba de publicar, el 13 de enero de 2016, en la prestigiosa revista American Journal of Clinical Nutrition un estudio realizado a lo largo de diez años y en un total de 25.069 hombres en el que se evaluaba la posibilidad de que algunos alimentos influyeran positivamente en este problema. Los alimentos y nutrientes consumidos se conocían mediante una encuesta alimentaria y se relacionaba el consumo de cada alimento con la tasa de disfunción eréctil entre los individuos estudiados. La conclusión fue clara: el consumo habitual de alimentos ricos en flavonoides, en especial los que contienen flavonas, flavononas y antocianinas, reduce significativamente la disfunción eréctil. Estos nutrientes son poderosos antioxidantes y agentes vasculares que activan la vasodilatación vascular por un mecanismo parecido al que utilizan las famosas pastillas. El eslogan resultante era obvio: «Mejor alimentación para una mejor erección». Pero ¿en qué alimentos podemos encontrar estos potentes antioxidantes y agentes vasculares?

Los flavonoides abundan en las bayas rojas, azules o púrpuras. Todos los días hay que consumir un buen puñado de arándanos, moras, uvas tintas, frambuesas o cerezas. Algunas frutas contienen flavonoides como los plátanos y los cítricos. Pero también las manzanas, peras, ciruelas, melocotones y albaricoques; en estas últimas se recomienda consumirlas sin pelar. Entre los frutos secos destacan las nueces y los pistachos. De las legumbres hay que destacar la soja en todas sus formas y presentaciones y los frijoles negros. Casi todos los vegetales contienen flavonoides, sobre todo los verdes y los rojos; a destacar su mayor contenido en pimientos, tomates, berenjenas y brócoli. Otros alimentos en los que abundan los flavonoides son el eneldo, el perejil, el tomillo y el chocolate amargo. Dentro de las bebidas están todos los licuados de las frutas mencionadas; hay que triturar bien la fruta con la licuadora ya que es mejor beberlo sin filtrar, para aprovechar todas sus propiedades. También contienen muchos flavonoides , el vino tinto o el mosto tinto sin fermentar. Es curioso a este respecto recordar el viejo refrán que proclama: «Quien tinto lo bebe y luego blanco lo mea, algo le quea» y gran parte de lo que ‘quea’ son los flavonoides. También contienen flavonoides todas las variedades de té, sobre todo el té verde.

No lo duden. Además de recurrir a otros remedios no desdeñen la opción nutricional para aliviar ese problemilla que les preocupa.

José Enrique Campillo Médico

Catedrático de fisiología y experto en nutrición y alimentación.

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