Nacho Cavia. Cantabria cuenta desde esta semana con un nuevo vino de la tierra, hermano de uva del joven pero afamado ya blanco de la bodega Behetría de Cieza. El empresario Manuel Torío se rodeó de una amplia representación del sector hostelero cántabro para presentar en sociedad su apuesta por un caldo que asume el carácter de la madera noble, Behetría de Cieza Selección Barrica 2014, un éxito asegurado dado el buen sabor de boca que dejó entre los cerca de un centenar de asistentes a su puesta en escena.
Con la cosecha de 2014 el equipo de la bodega de Cieza se planteó la creación de un nuevo vino, con la misma base, la uva albariño, pero con un toque de selección. Para eso incorporaron a sus instalaciones dos toneles de roble de 500 litros cada uno, donde fermentar y criar el nuevo caldo. Un vino de las mismas características que su hermano, «algo más complejo, con matices de caldo metido en roble, los que aporta la madera», decía Torío, un vino, en definitiva, agradable, con aroma, frescura y temple.
Ha pasado cinco meses en barrica, otros cuatro en acero inoxidable (los meses de verano) y otros cuatro en botella, esperando su momento para descorchar el continente y catar el contenido, darle aire y disfrutar como hicieron ya los primeros privilegiados.
Ahora será el cliente el que opine sobre las 1.200 botellas que se ponen en el mercado, la mayoría, como siempre, en locales de la hostelería cántabra.
Las expectativas son altas, «queremos variedad, tener dos vinos para poder ofertar nuestro producto a personas con distintos gustos», dos vinos complementarios a partir del mismo tronco. De momento lo que no hay es pensamiento de un tercer miembro de la familia; «quizá con mucho tiempo cuando y si en esta tierra se diera una uva dentro de la misma variedad con connotaciones diferentes, algo que ahora no creemos que suceda».
En Behetría de Cieza la producción ha ido creciendo en los últimos ocho años hasta llegar a la madurez, a un equilibrio casi perfecto entre cantidad y calidad que marca los dos kilos y medio de uva por viñedo. En total, la última cosecha apuntó tras la vendimia 16.000 kilos en total, una producción que se concentrará en unas 13.000 botellas. «Un año más con muy buena aceptación», algo que queda demostrado ya que la cosecha de 2014 ya estaba agotada en septiembre. De hecho solo quedan las 1.200 botellas del nuevo caldo, y las peticiones ya están sobre la mesa, como uno de los mejores albariños cántabros.
No comments so far.
Be first to leave comment below.