Perfecta receta para hacer el típico día que tenemos poco tiempo y queremos comer algo ligero. Es una manera magnífica para que los niños...

Perfecta receta para hacer el típico día que tenemos poco tiempo y queremos comer algo ligero. Es una manera magnífica para que los niños coman verdura y pescado. A estas alturas no os voy a descubrir las espinacas, pero si recordaros que se trata de un super vegetal con grandes propiedades, es un excelente recurso natural de vitaminas, fibras y minerales, que en comparación con las carnes, aporta pocas calorías y no contiene grasas. Una cosa curiosa, los tallos son más ricos en fibra que las hojas, con lo cual cuando no son muy grandes yo los suelo dejar.

Procederemos a comprar un lomo de salmón, retirarle la piel y todas las espinas, y cortarlo en tacos de unos dos centímetros. Lo reservamos en un bol, en el que incorporaremos un par de dientes de ajo bien picados, un trozo de jengibre también muy picado y un chile al gusto. Esto es el padre nuestro de la cocina china, la mayoría de sus elaboraciones parten de estos ingredientes, es como para nosotros el sofrito. Añadimos sal y pimienta al gusto y unas gotas de aceite de oliva que hará que todo se mezcle, no mucho porque el salmón ya tiene su propia grasa.

Dejamos un rato en el bol nuestro salmón, al que a mi me gusta añadir unas gotitas de vinagre balsámico que le aporta un toque agridulce muy interesante. Ponemos una sartén al fuego y salteamos los trozos de salmón a fuego fuerte, unos segundos, porque se hacen enseguida y no nos interesa que se nos pasen.

Retiramos y reservamos el salmón y en la misma sartén ponemos un abundante puñado de espinacas frescas. Si no es temporada las que vienen en bolsa, que llaman baby, están muy bien para este tipo de elaboración. Las salteamos un poco, también a fuego vivo, y aquí es cuando podemos jugar con nuestra imaginación. Las añadimos unos piñones, nueces o almendras, unos taquitos de bacon (con perdón de la OMS) o cualquier cosa que nos apetezca y nos encaje con las espinacas.

Montamos nuestra ensalada con una base de las espinacas y encima el salmón salteado y aliñamos al gusto. Añadimos un poco de cebolla frita, o unos trozos de pan frito frotados con un poco de ajo para darle un toque crujiente y lo tenemos listo, fácil, sano y sobre todo riquísimo.

Ricardo Ezcurdia Cocinero

Para este profesional del mundo de la joyería la cocina es su auténtica pasión, lo que le ha llevado a realizar numerosos cursos junto a grandes cocineros. Esta afición le animó a inscribirse en el concurso televisivo Master chef, donde en alguna edición se ha quedado a escasos pasos de ser seleccionados. Colaborador habitual en Cantabria en la Mesa, pone el contrapunto con sus artículos dando la visión del cocinero aficionado, compartiendo con los lectores sus recetas y sus trucos.

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