Anda uno ahora metido en una actividad que podríamos llamar de ‘obras y reformas’, y entre un encierro sanferminero y otro, visualizo ladrillos y posibles ubicaciones de lámparas y enchufes. Pero aún hay tiempo para la lectura y, cegado por la influencia de mis actividades actuales de cemento, madera y planos a interpretar, me atrevo a recomendaros un libro escrito por un arquitecto y que lleva por título ‘El espacio culinario’.
Miguel Espinet, gran aficionado a los vinos y a la gastronomía, decidió realizar hace ya más de treinta años este riguroso y descriptivo estudio sobre la importancia del espacio donde se desarrollan diversas actividades gastronómicas.
Comienza el autor con una descripción histórica que arranca por las cuevas prehistóricas y un pormenorizado estudio de las cocinas en civilizaciones como la egipcia, griega y romana, con la inclusión de planos, dibujos y fotografías que ayudan en la comprensión de los textos.
Salta el autor a la época medieval para describirnos con deleite las cocinas de palacios y abadías. El Renacimiento italiano no deja al margen una actividad tan importante como la que transcurre entre los fogones y consigue dar un vuelco en la cocina europea.
Y es ya en plena Edad Moderna cuando aparecen los primeros artilugios que servirán de base para diseñar nuestra cocina actual.
Cocina doméstica, cocina profesional, el carbón, el gas, la electricidad. son algunos de los aspectos de los que Miguel Espinet nos da pelos y señales para ayudarnos en la evolución de lo que él llama ‘espacio culinario’.
No olvida para nada la complejidad de estos espacios en los medios de transporte como el barco, el tren o el automóvil, siendo aquí un tanto visionario de esta reciente moda de las «cocinas rodantes», con programa televisivo incluido.
Y ya sabéis, queridos gastrolectores, entre sol y sol, lectura.
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