Un cántabro, padre de la enología española Un cántabro, padre de la enología española
El vino, mejor si es tinto, es uno de esos productos reivindicados como saludables por la ciencia de la nutrición. Su consumo moderado proporciona... Un cántabro, padre de la enología española

El vino, mejor si es tinto, es uno de esos productos reivindicados como saludables por la ciencia de la nutrición. Su consumo moderado proporciona numerosos antioxidantes, algunas vitaminas y minerales que ejercen efectos beneficiosos en nuestro organismo. Y esta reivindicación prosigue: no pasa año en el que no se sume un estudio más a los muchos existentes sobre las virtudes saludables del vino. Para que el vino nos produzca placer y nos proporcione salud debe elaborarse como establecen las reglas de la enología. España es, sin lugar a dudas, uno de los países más importantes del mundo por su producción de vinos. Mi tierra extremeña es una de las regiones que se ha sumado a la tarea de producir vinos saludables y de calidad.

Bueno, no quiero hacer promoción regional. Esta introducción tiene su justificación al afirmar que gran parte de las características vitivinícolas de España y en particular de regiones como Tierra de Barros en Extremadura se deben a los esfuerzos y a la inteligencia de un cántabro de postín, don Nicolás García de los Salmones. Don Nicolás nació un 10 de septiembre de 1865 en San Felices de Buelna. Se hizo ingeniero agrónomo en Madrid y pronto acometió una intensa y eficaz labor vitivinícola por toda España que alcanzó casi toda su vida laboral durante el final del siglo XIX y primeros años del siglo XX. Uno de los encargos que le hizo el Ministerio de Fomento de la época fue inventariar y documentar todos los viñedos de España. Cumplió su cometido con denuedo y con una bicicleta que le permitió recorrer todos los viñedos de nuestro país bajo las más implacables condiciones atmosféricas mientras recogía datos sobre los terrenos, climas y condiciones de cultivo. Sus estudios y publicaciones alcanzaron renombre internacional. Fueron notables sus contribuciones para solucionar la terrible epidemia de la filoxera que arrasó por aquella época todos los viñedos europeos. Además fundó y dirigió numerosos centros enológicos, por ejemplo, en Villava (Navarra), Villafranca del Penedés (Cataluña), Jumilla (Murcia) y la Estación Vitivinícola Central de Madrid. En 1915 asesoró la construcción de la Estación Enológica de Almendralejo, capital del vino de Tierra de Barros (hoy Denominación de Origen Ribera del Guadiana).
La primera piedra de ese centro enológico extremeño inspirado en la experiencia de don Nicolás García de los Salmones se colocó el 31 de octubre de 1915. La conmemoración de esta centenaria efemérides se ha oficiado mediante una conferencia impartida durante las XXXVIII jornadas de Viticultura y Enología que con gran éxito y reconocimiento internacional se celebran en Extremadura. Desde su construcción y sus primeros pasos, bajo los sabios consejos y la experiencia del ingeniero cántabro, esta institución ha promocionado la investigación y la docencia en viticultura y enología y es en gran parte responsable del elevado nivel de calidad que han alanzado muchos vinos en Extremadura.

Deben sentirse orgullosos los cántabros de su ilustre paisano, que realizó esta extraordinaria contribución a la viticultura y enología española y que ha permitido que hoy disfrutemos de esos vinos tan placenteros y saludables como los que tenemos la fortuna de degustar.

José Enrique Campillo Médico

Catedrático de fisiología y experto en nutrición y alimentación.

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