Ñam ñam Ñam ñam
Una vez tuve una novia a la que le gustaba comer sobre mí. Primero cogió por costumbre apoyar las bolsas de Doritos en mi... Ñam ñam

Una vez tuve una novia a la que le gustaba comer sobre mí. Primero cogió por costumbre apoyar las bolsas de Doritos en mi barriga cuando veíamos la tele tumbados en el sofá. Una noche se le volcó una bolsa, y tras reírse como un duende picoteó el contenido directamente sobre mi abdomen, mirándome mala, jugueteando con el ombligo, chupándose los dedos, y así. Lo pasamos tan bien, que al día siguiente me pidió que me quitase la camiseta para usarme directamente como mantel. Yo me desnudé rápido e igual de rápido acabé, pues soy muy impresionable. Al recolocarnos, ella recogió los restos de Doritos de entre los cojines, los depositó sobre mi tripa (que ya era suya) y siguió comiendo, mientras a mí me abandonaba el conocimiento. Amanecimos naranjas. Pero las marranadas en pareja, aun las más retorcidas, se transforman pronto en rutina. Yo me cansé rápido de estimularnos con glutamatos y ella, de limitar a ese menú básico los picnics anatómicos sin los que ya no sabía cenar. Volvimos a ser una pareja convencional, con la salvedad de que mi novia, más que devorarme, me comía encima. Desde arriba y en horizontal la veía empujarse embutidos, yogures y ensaladas, y también platos elaborados, como legumbres o guisos que dejaba templados en el microondas para no escaldarme la piel. A veces, aburrido, me concentraba en mí mismo hasta que lograba volcarle alguna vianda con un golpe certero del anzuelo. Se ponía hecha una furia y me llamaba guarro, lo cual me desconcertaba, pues ella se había montado una piara en mi torso sin que yo nunca rechistara. Una noche calculé mal la broma, y la relación se fue al carajo.

David Remartinez Redactor

(Zaragoza, 1971). Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca. Ha trabajado en radio, televisión y prensa, y se incorporó a la plantilla de El Diario Montañés en 2011. Actualmente trabaja en la edición digital y escribe el blog Remartini Seco.

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