Coco Coco
En leche, aceite o agua. El coco, hasta hace poco, era una rareza que solo veíamos en las ferias o en las películas de... Coco
En leche, aceite o agua.

El coco, hasta hace poco, era una rareza que solo veíamos en las ferias o en las películas de mares exóticos. Pero últimamente un montón de estudios médicos han fomentado el consumo de este alimento en sus tres modalidades: como leche, aceite o agua de coco.

El aceite de coco es la famosa Copra, bien conocida por la película de aventuras en los Mares del Sur protagonizada por Marlon Brando. Hoy día se le considera un superalimento, aunque durante muchos años fue un aceite demonizado por la medicina a causa de su riqueza en grasas saturadas. Pero esas grasas saturadas tienen algo especial: son de mediano tamaño, como los de la leche humana. Esto tiene su importancia positiva para la salud ya que se metabolizan de forma diferente por el hígado. Por ejemplo bajan los niveles de colesterol, no se acumulan con facilidad, por eso engordan menos y además tienen un gran efecto saciante.

Uno de sus aceites grasos es el ácido laurico tiene propiedades anti infecciosas contra virus y bacterias, actúa beneficiosamente sobre la piel y sobre el cabello y mejora la función cerebral en las personas mayores. Para obtener todos sus beneficios hay que consumir unas tres cucharadas al día (unos 50 gramos) bien para guisar, freir o para aderezar las ensaladas, en este caso mezclado con aceite de oliva virgen extra. Se debe comenzar por poca cantidad e ir subiendo la dosis según constatemos que nos gusta y nos sienta bien.

La leche de coco se obtiene industrialmente tratando el coco rallado con agua caliente y extrayendo (colando en un colador de tela) el líquido blanco resultante. Es fácil de elaborar en la propia casa, pero se vende en latas. Es muy rica en nutrientes: fibra, vitaminas, minerales; por cada 100 gramos aporta 150 kcalorías, 1,5 gramos de proteínas, 3,4 gramos de hidratos de carbono y 15 gramos de grasa, en su mayor parte saturada.

Al no contener lactosa y dada su composición, la leche de coco puede sustituir a la leche de vaca en las personas intolerantes, sobre todo en su versión baja en grasa. La leche fresca dura poco en nevera. La lata se almacena bien a temperatura ambiente y una vez abierta hay que guardar en nevera y consumir pronto ya que se enrancia con facilidad.

El agua de coco es el líquido transparente que contiene la nuez. En un 95 por ciento es agua, pero contiene nutrientes muy importantes para la salud, como azucares, vitaminas, minerales, aminoácidos y sustancias bioactivas. Se la considera hoy día un excelente hidratante, sobre todo en actividades deportivas ya que contiene una composición electrolítica idónea, regula el pH (la acidez) del organismo, es muy baja en calorías (menos de 45 kcalorías por taza) y pobre en azúcar. Se comercializa embotellada con ese propósito. Tiene una extraordinaria abundancia en potasio (295 mg en un vaso grande) con importantes beneficios para la presión arterial, el músculo y el sistema nervioso. Se le atribuyen otros beneficios como antienvejecimiento, digestivos, efecto diurético y protector renal.

José Enrique Campillo Médico

Catedrático de fisiología y experto en nutrición y alimentación.

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