Azul limpio de cielo y mar, y verde intenso de ricos prados Azul limpio de cielo y mar, y verde intenso de ricos prados
Noja vive de cara al Cantábrico, sus playas y un territorio con un fuerte reclamo turístico en el que abunda la actividad durante todo... Azul limpio de cielo y mar, y verde intenso de ricos prados
Noja vive de cara al Cantábrico, sus playas y un territorio con un fuerte reclamo turístico en el que abunda la actividad durante todo el año.

Noja diluye magistralmente, como pocas localidades norteñas, el verde de sus prados y montes con el azul de su cielo y la mar. Y es que este municipio de apenas 2.000 habitantes, a 45 kilómetros de la capital cántabra, vive de cara al Cantábrico, sus playas, y la tierra, rica y próspera.

Este rincón de la comarca trasmerana puede presumir de un intenso patrimonio histórico, arquitectónico y natural. Además, a lo largo del año, se suceden las actividades culturales, recreativas y gastronómicas.
Noja esta bañada por el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, un rico espacio natural de 6.678 hectáreas en el que anidan espátulas, patos, agujas, zarapitos y charranes, etc. En total, 20.000 aves de 120 especies diferentes, pequeños mamíferos y una flora singular.

También tienen un gran valor natural sus dos playas, Ris y Trengandín. La primera tiene algo más de un kilómetro de longitud y 40.000 metros cuadrados de arena fina. Trengandín, por su parte, tiene unos tres kilómetros y medio de recorrido –es una de las más largas de la región– y está situada en el barrio de Helgueras. Esta playa es rica en pesca –doradas, nécoras…– y en bajamar presenta un relajante y espectacular paisaje de grandes rocas. Una vista única sin duda alguna. Merece la pena subir a El Brusco, monte que separa este arenal del de Berria, en Santoña. Tanto Ris como Trengandín tienen izadas banderas azules. A sus pies abundan además los bares y restaurantes, con una gran variedad de productos frescos y de calidad. Mariscos y pescados de la costa y carnes de la zona. Los pinchos, las raciones, el picoteo, es ideal para los meses de mayor ocupción. Noja es una localidad con un gran tirón turístico desde hace décadas. De hecho, se calcula que en verano la población pase de 2.000 a 50.000 habitantes.
En cuanto a su patrimonio arquitectónico, hay que señalar sus palacios y casas señoriales. Destaca en primer lugar el palacio del Marqués de Albaicín, construido en 1916 sobre un edificio barroco, por encargo de sus propietarios al arquitecto Leonardo Rucabado. Hoy en día es propiedad municipal y en él se ubica la Casa de Cultura y se celebran numerosos eventos culturales.

Otro palacio que debe conocerse es el de los marqueses de Velasco, en el centro de la villa, levantado sobre una torre del siglo XII. Luego están sus casonas: Vara, Zilla, Assas, Venero… También tienen un gran valor la iglesia de San Pedro, del siglo XVII y la ermita de San Juan (XVI-XVII).

En Noja nunca falta la actividad. Si el Centro de Ocio Playa Dorada está todo el año programando actividades, también son destacables las ferias del libro, los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria, el teatro, las colonias de verano… Las fiestas patronales son El Carmen (16 de julio) y San Emeterio y San Celedonio (30 y 31 de agosto). Importante es el Sianoja, con los mejores artistas de Europa.

Diego Ruiz Redactor

Santander 1960. Universidad de Cantabria. Sección de Deportes, Cantabria en la Mesa y, a veces, algo de toros.

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