La zona donde la unión disparó el ambiente La zona donde la unión disparó el ambiente
Sus ya famosos encierros de cada final de mes conviven con una plural oferta gastronómica. Después de años de abandono, de las obras de... La zona donde la unión disparó el ambiente
Sus ya famosos encierros de cada final de mes conviven con una plural oferta gastronómica.

Después de años de abandono, de las obras de aparcamiento subterráneo paralizadas y de una rutina que no ilusionaba al cliente eventual, el barrio de Tetuán adquirió un gran protagonismo hasta convertirse hoy por hoy en una de las zonas con más ambiente de la ciudad de Santander. Es un lugar ideal y céntrico para alternar de la mano de sus hosteleros, que supieron aglutinar sus fuerzas, poner en común sus objetivos y aprovechar las sinergias con el fin de atraer más clientes a los que satisfacer con sus propuestas gastronómicas y de ocio. El nuevo aparcamiento subterráneo y la consiguiente urbanización contribuyeron, no tanto como las menos afortunadas obras realizadas a la entrada para dotar al barrio de un parque infantil.

La asociación de hosteleros de la calle Tetuán ha tenido el acierto de dar continuidad a sus iniciativas; así, cada mes, el último fin de semana, programan un ‘encierro’, evocando las estampas más taurinas que nos vienen a la mente cuando se recuerda la festividad de San Fermín. Este consiste en que un total de 13 establecimientos ofrezcan a un precio módico de dos euros un pincho y una consumición (vino, cava o caña).

Para cada encierro se busca un motivo, un evento, un tema que inspire el diseño y la creatividad de los cocineros a la hora de elaborar sus pinchos. También, a un precio contenido, se ofrece una ración –5 euros–, de tal modo que un grupo de amigos pueda recorren con alicientes suficientes la calle de arriba a abajo o viceversa, parándose en cada bar o restaurante y probando sus especialidades.

El encierro más significativo del año se celebra entre finales de junio y principios de julio, en concreto hasta el día 7, festividad de San Fermín, patrono del barrio. Entonces, los hosteleros ‘echan la casa por la ventana’ y programan actividades infantiles, conciertos y degustaciones. Tetuán ha recobrado la vida, merece la pena visitar el barrio.

Las estrellas de la fama de Tetuán y los mercadillos, otros alicientes más

Las estrellas en el particular ‘paseo de la fama’ de la calle Tetuán y sus mercadillos son un aliciente más para pasearse por esta zona de la ciudad, siempre con gran ambiente y en constante movimiento. Las estrellas de la fama comenzaron rindiendo homenaje a David Bustamante, para continuar con el dibujante José Ramón Sánchez, el seis veces campeón de Europa con el Real Madrid, Paco Gento, y la mejor atleta española de todos los tiempos, Ruth Beitia. Cuatro estrellas que unidas a los encierros le dan una gran categoría a Tetuán. La quinta será para otro cántabro ilustre, el actor Eduardo Noriega.

Pero además de las estrellas, Tetuán es escenario del mercadillo dominical que se instala en la plaza Pedro Poveda y que pretende revitalizar aun más un barrio que rezuma vida por todos sus rincones. Por todo ello y por el buen ambiente y la profesionalidad de los hosteleros de esta calle, bien merece una visita en especial los fines de semana. Allí se pueden encontrar buenos menús y comidas a la carta, además de ser un lugar mágico a la hora del aperitivo o el vino de la tarde. Una calle con solera que ha sabido reinventarse y unir a un sector que está haciendo las cosas muy bien. Hosteleros y vecinos han sabido ir un paso más por delante que en otras zonas de alterne de la ciudad en las que aún hace falta recuperar el esplendor de antaño.

José Luis Pérez Redactor Jefe

Historiador y arqueólogo, trabajo desde los años noventa en El Diario Montañés donde he sido coordinador editorial de publicaciones y actualmente soy redactor jefe. Escribo de gastronomía desde hace algo más de una década y coordino el suplemento Cantabria en la Mesa.

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