Un grato menú castellano

Comida tradicional en el Asador Lechazo Aranda de la calle Tetuán.

Hace ya 21 años que el Asador Lechazo Aranda se instaló en Santander, eligiendo la calle Tetuán para abrir un restaurante de cocina tradicional castellana. Desde hace por lo tanto dos décadas que el propietario del negocio, Gregorio Palomero, ha evitado los viajes en coche a Burgos (182 kilómetros) o a Segovia (367), para degustar, entre otros, los dos buques insignias de la cocina de la comunidad vecina: el lechazo y el cochinillo asados en horno de leña, como mandan los cánones.

Palomero, que tiene un negocio similar en la capital burgalesa -Asador El Ciprés-, supo desde su llegada a la calle Tetuán cómo deleitar a los cántabros con los productos más significativos del reino de Castilla, y no solo a base de cordero y lechones. Se trajo de su tierra las mejores viandas y, como desde el primer día de hace 21 años, sigue teniendo su comedor lleno. Este tipo de cocina, está claro, le gusta a la gente de nuestra región. Comida tradicional, regia, con variedad de carnes, para no quedarse con hambre, productos que nunca pasan de moda.

El Asador Lechazo Aranda dispone de un menú degustación a 38 euros en el que se puede probar lo mejor de los fogones castellanos, con vino tinto o claro de la casa, postre, café y un ticket con dos euros de descuento para el aparcamiento subterráneo de la calle Tetuán.

Apetecibles entrantes

Para empezar, el atento servicio del comedor de este restaurante, pone sobre la mesa un aperitivo mientras llega el menú. Un puding de verduras y un rico gazpacho entran muy bien en estos días de calor. El primero de los platos del menú degustación es una rica cecina con unas lascas de queso muy curado y un chorrito de aceite de oliva virgen encima. Con el pan que se hace en el horno de leña resulta exquisita. Las croquetas de jamón y huevo del Asador Lechazo Aranda son muy demandadas por los clientes de este establecimiento. Cien por cien caseras, con una besamel muy ligada, cremosa. Un bocado excelente. Todas las semanas se preparan más de doce litros de pasta para atender los pedidos diarios

El tercero de los platos es una rica morcilla de Sotopalacios, un poco picante, con pimientos rojos asados. La morcilla resulta jugosa y muy acertado el acompañamiento.

Sin duda alguna, el plato estrella de este menú castellano es el lechazo al horno de leña. En esta ocasión se sirvió un cuarto delantero para dos personas. Primero, se presenta en la mesa y después se trincha al instante. Buena materia prima y manos expertas a la hora de asar el producto. Lechazo crujiente por fuera y jugoso por dentro, cocido en su propia salsa. Muy rico.

De la extensa carta de postres, una buena opción para terminar es el sorbete de mandarina o la tarta de queso.