Directorio de Establecimientos

El Restaurante Casa Navarro está considerado como una Casa de comidas clásica en Cantabria, por ello es un lugar ideal para los amantes de los buenos guisos. Las alubias rojas (caricos), los callos y los huevos estrellados son algunas de sus logradas especialidades, así como su chorizo casero, el jamón y el cocido montañés elaborado con caserísimos y escogidos productos.

Llaman la atención las paredes del local decoradas con fotografías de famosos con dedicatoria.

La historia del restaurante comienza con su fundadora, Pilar Haya Torre (de la que se dice que su hacer al frente de los fogones nunca pasó inadvertido), madre de Pilar Navarro Haya, quien actualmente sigue la tradición familiar, trabajando como chef y preparando deliciosos platos que llevan al cliente a disfrutar de los más intensos sabores gracias a sus cuidados procesos de elaboración, ya que los crea con el mismo mimo y esmero con que lo hacia su madre, conservando así ese encanto de la comida casera.

El propietario del Restaurante Casa Navarro, Juan Barquín Cañizo, presenta este establecimiento, que destaca por el nivel de sus platos y que le ha llevado a aparecer durante varios años hasta la actualidad en la Guía Michelín, en el suplemento de El Semanal y en la Guía de Restaurantes Estomil y a recibir diferentes premios y distinciones por como por ejemplo el de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria.

Casa Navarro tiene ese encanto de un lugar que hará que en cualquier momento tenga la sensación de estar como en su propia casa. El cliente puede disfrutar también en la sobremesa con una copa de buen licor o de su amplia oferta de vinos, cavas, postres como el Brazo de gitano (especialidad de la casa).

El Restaurante ofrece también una amplia selección de tapas y raciones caseras sencillas y muy apetecibles, elaboradas con las mejores recetas de la cocina tradicional, gran variedad de puros y tabacos de los que se puede disfrutar en su pequeña y coqueta terraza.

Después de comer o cenar se puede aprovechar para darse un maravilloso paseo por el pueblo de Pámanes, que conserva intacto el encanto de los pueblos pequeños con ese aspecto de haber resistido a la masificación y modernidad de los tiempos que corren.