La mar de sabores en Cueto La mar de sabores en Cueto
El Pozo sigue manteniendo la cocina marinera de Cantabria. Cueto es un lugar del que los santanderinos debemos sentirnos muy orgullosos. De ahí han... La mar de sabores en Cueto
El Pozo sigue manteniendo la cocina marinera de Cantabria.

Cueto es un lugar del que los santanderinos debemos sentirnos muy orgullosos. De ahí han salido grandes deportistas -boxeadores, futbolistas, jugadores de bolos…-, artistas -cantantes, gentes del circo…-, y hasta importantes peluqueros. Personas que han llevado el nombre de Cantabria por muchos rincones de este mundo. Y, además, Cueto es cantera casi permanente de buenos cocineros y empresarios de hostelería. ¿Quién en Santander no conoce los bares, asadores y restaurantes de Cueto?

Uno de los establecimientos más populares de este lugar de algo más de 9.000 habitantes y al que le han ‘robado’ una parte de su territorio para llamarlo Valdenoja, es el Pozo. Situado prácticamente en el centro de Cueto abrió sus puertas en mayo de 1977. En sus fogones, en la barra, atendiendo a los clientes, yendo a la compra… Siempre su propietario Pedro García Amo que ahora ha dejado el negocio en manos de sus hijas Lourdes y Beatriz. Pedro, sin embargo, sigue ejerciendo de anfitrión de una casa donde la evolución de su cocina es constante. De las típicas sardinas asadas que nunca faltan en verano en El Pozo hasta arroces y pescados como el san martín o el machote que Lourdes en la cocina prepara a las mil maravillas.

Y es que Pedro lleva en las venas la hostelería y en el recuerdo el bar ‘Los 7 hermanos’ que en 1964 abrieron sus padres frente a La Nuncia. En el rótulo el nombre figuraba en francés y todo el mundo le conocía entonces como ‘el freres’.

Un menú que bien puede resumir la cocina de El Pozo comienza con una ensalada de cogollos de lechuga con anchoas de Santoña, ventresca de bonito, queso de Las Garmillas y pimiento rojo asado que Pedro García llama ‘ensalada cántabra’. Fresca y buena la combinación de los salazones con el queso fresco que se elabora en Ampuero.

Tras la ensalada, nada mejor que unos maganos de guadañeta -ahora en temporada- a la plancha sobre una cama de cebolleta fresca pochada. Un plato delicioso, de buen bocado, con el magano tierno asado con su propia piel para perder el menor sabor posible. En cefalópodo se coloca sobre la cama de cebolla para no mezclar en exceso los sabores.

De pescado, nada mejor que una cola de rape negro a la plancha con patatas baby salteadas con mantequilla y una salsa estilo asturiano y setas naturales. Una apuesta muy acertada de Beatriz García Escudero. Plato muy marinero, bien pensado, con el pescado en su punto y una original moje.

Los postres de El Pozo son caseros, los de siempre: flan, tarta de queso, de orujo, de café, arroz con leche, natillas y un espectacular brownie de chocolate y nueces que elabora con mimo uno de los nietos de Pedro.

En esta ocasión, el anfitrión, el hijo de los fundadores del ‘freres’ recomendó para beber un albariño de las Rías Bajas: Envidia cochina, ideal para los pescados y mariscos que se sirven en El Pozo. Ese lugar de Cueto que siempre hay que visitar.

José Luis Pérez Redactor Jefe

Historiador y arqueólogo, trabajo desde los años noventa en El Diario Montañés donde he sido coordinador editorial de publicaciones y actualmente soy redactor jefe. Escribo de gastronomía desde hace algo más de una década y coordino el suplemento Cantabria en la Mesa.

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