Tradición en El Sardinero Tradición en El Sardinero
El restaurante del hotel apuesta por el producto de temporada. La cocina era necesario que estuviese acorde a la imponente y majestuosa planta del... Tradición en El Sardinero
El restaurante del hotel apuesta por el producto de temporada.

La cocina era necesario que estuviese acorde a la imponente y majestuosa planta del edificio. Ese fue uno de los objetivos de los responsables del Grupo Sardinero Hoteles cuando se puso en marcha esta infraestructura remodelada integralmente hace algo más de tres años. Y ciertamente, con el paso del tiempo, esto se ratifica día a día. El Gran Hotel Sardinero, además de su versatilidad para poder atender todo tipo de eventos, es un punto de referencia gastronómico en la ciudad fruto de su propuesta tradicional, basada en los productos de temporada y avalada por la calidad del servicio y de los ingredientes.

El restaurante del Gran Hotel Sardinero, con capacidad para unas 120 personas y unas magníficas vistas de la plaza de Italia y de las playas, ofrece un suculento menú del día a un precio muy competitivo, de 19,90 euros -dos euros de suplemento en terraza-.

A modo de ejemplo, el comensal puede elegir en este menú un día cualquier entre unas lentejas estofadas con su compaño, unas veiras rellenas de marisco con salsa marinera, una ensalada periñaca con lascas de ventresca o una ensalada de tomate con vinagreta de quesucos y nueces, de entrante. Para continuar con una parrillada de pescado de la lonja de Santander, un lomo de san martín encebollado, un escalope a la milanesa con patatas y pimientos de Padrón o un confit de pato con salsa agridulce. Todo se completa con un postre de la casa y con el pan, el vino, el agua mineral y el café.

Este menú tiene muy buena acogida y los fines de semana cuenta con algunas variaciones que justifican que su precio se incremente ligeramente hasta los 24,50 euros.

Una opción con ‘más recorrido’ es el menú degustación, donde el cliente puede advertir mejor la amplia variedad de la cocina que dirige Antonio Cáliz. Un modelo de este menú degustación comienza con un aperitivo de bienvenida, consistente en unas croquetas caseras. A continuación se proponen la cazuelita de pulpo y mejillones en vinagreta; los gambones a la plancha; el lomo de lubina a la parrilla con verduritas, y el laminado de solomillo con salsa de trufas. Todo concluye con un coulant de chocolate. El precio del menú incluye el vino y el café.

Carta

En tercer lugar, el restaurante dispone de una atractiva carta en la que destacan los arroces (paella del señorito, con bogavante, de verduras, con setas y morcilla, caldoso de almejas, mejillones y langostinos); una amplia variedad de entrantes; los pescados a la plancha (rodaballo, lubina, machote); y las carnes, desde el solomillo hasta el cordero o el pato.

En líneas generales, una gran relación precio-calidad y un buen servicio.

José Luis Pérez Redactor Jefe

Historiador y arqueólogo, trabajo desde los años noventa en El Diario Montañés donde he sido coordinador editorial de publicaciones y actualmente soy redactor jefe. Escribo de gastronomía desde hace algo más de una década y coordino el suplemento Cantabria en la Mesa.

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