Un recorrido por los valles pasiegos Un recorrido por los valles pasiegos
La comarca ofrece un entorno rural para disfrutar, con grandes tradiciones. La comarca de los Valles Pasiegos se encuentra en el corazón de Cantabria... Un recorrido por los valles pasiegos
La comarca ofrece un entorno rural para disfrutar, con grandes tradiciones.

La comarca de los Valles Pasiegos se encuentra en el corazón de Cantabria y constituye uno de los principales destinos turísticos de la región por su belleza, cultura y gastronomía. Los pueblos pasiegos se han caracterizado siempre por su estilo de vida, tranquilo y muy arraigado a sus tradiciones.

Sus casonas y palacios reflejan un pasado lleno de esplendor, que ha sido preservado por los pasiegos como un auténtico legado para el futuro. La comarca pasiega ofrece un gran entorno rural para disfrutar, con rutas, caminos y senderos verdes; paseos culturales, posadas y alojamientos, cabañas pasiegas, cuevas prehistóricas, deportes tradicionales, actividades en plena naturaleza… Y una exquisita oferta gastronómica en la que destaca el producto de la tierra, la tradición de sus fogones y, por supuesto, la repostería artesanal.

La villa pasiega

La Vega de Pas es una de las tres villas pasiegas que se constituyeron en la época medieval –junto a San Pedro del Romeral y San Roque de Riomiera–. De estas tierras descienden los ‘pasiegos’, de quienes se dice que tienen una personalidad muy singular, basada en una enorme vinculación con su tierra.

Lo realmente significativo de esta localidad es su arquitectura rural, concretamente la cabaña pasiega, cuya influencia queda patente en su tradicional modo de vida trashumante en busca de los mejores pastos para el ganado. Entre sus elementos más singulares se encuentran el cuévano, un gran cesto de varas de avellano que se carga a la espalda y que se empleaba para acarrear hierba, leña o, incluso, para trasladar a los niños pequeños.

El sobao y la quesada, los dulces autóctonos de Cantabria por excelencia, alcanzan en este municipio su máxima exquisitez. Los pasiegos han sabido conservar la receta de siempre con el más riguroso celo, y sólo son transmitidas de generación en generación. Igualmente extraordinarios son los quesucos pasiegos y la mantequilla.

El Museo Etnográfico de las Tres Villas Pasiegas, inaugurado en 1988, fue concebido como foco dinamizador de la cultura y costumbres rurales de los pasiegos. Se ubica en la ermita de San Antonio, del siglo XVIII, donde se encuentra también el archivo municipal y un centro documental. Fue reformado siguiendo el modelo de las cabañas pasiegas.

Villacarriedo

La capital del valle de Carriedo encierra una importante muestra de patrimonio civil. El Palacio de Soñanes es, sin duda alguna, la obra civil más representativa del barroco en Cantabria. Declarado Bien de Interés Cultural en 1981, el edificio se levantó en la primera mitad del XVIII en tor-
no a la primitiva torre feudal de origen medieval y carácter defensivo en la que nació Juan Antonio Díaz de Arce y Pérez del Camino, insigne carredano promotor de la obra, Caballero de Santiago y Agente General de Felipe V en Roma durante la Guerra de Sucesión. Junto al palacio, el Colegio de los Padres Escolapios, que ha funcionado de forma ininterrumpida desde su fundación en 1746.
Selaya
El conjunto urbano de este valle es en sí su principal patrimonio. Se trata de una agrupación de casonas y casas populares, iglesias y ermitas, construidas todas ellas entre los siglos XV y XIX y fue catalogado como Bien de Interés Cultural en 1980.
El Santuario de Nuestra Señora de Valvanuz es otro de los monumentos más significativos de Selaya. Data del siglo XVII y guarda en su interior la imagen gótica de la Virgen de Valvanuz, patrona del Valle de Carriedo, a la que los pasiegos profesan gran devoción, de forma especial cada 15 de agosto.

El Museo de las Amas de Cría Pasiegas es otro de los atractivos de la comarca. Ubicado junto al santuario de Nuestra Señora, está dedicado a las jóvenes pasiegas que emigraron para ejercer de amas de cría. La falta de recursos que había en esta comarca a mediados del siglo XIX obligó a emigrar a gran cantidad de mujeres jóvenes, que debido a sus características de robustez y gran fortaleza se hicieron indispensables en las familias más poderosas de la corte.

Alicia del Castillo Redactora

Periodista de El Diario Montañés. Forma parte de la sección de suplementos y especiales del periódico.

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