El Italiano cumple un año El Italiano cumple un año
La relación precio-calidad y los ingredientes importados, claves del éxito. A mediados de mayo del año pasado, el Grupo Deluz levantó el telón de... El Italiano cumple un año
La relación precio-calidad y los ingredientes importados, claves del éxito.

A mediados de mayo del año pasado, el Grupo Deluz levantó el telón de un nuevo negocio de hostelería en la ciudad, quizá el más especializado de cuantos tiene, El Italiano, en la calle Calderón de la Barca y vecino de otro restaurante del grupo, El Machi.

A lo largo de los doce meses transcurridos El Italiano ha logrado hacerse un hueco en las agendas gastronómicas de los aficionados a la buena mesa y especialmente para aquellos a quienes les apasiona la auténtica cocina italiana. La clave del éxito reside, indudablemente, en una buena relación precio-calidad y en la autenticidad de la materia prima empleada en la cocina que tiene como singularidad que está a la vista del cliente. La práctica totalidad de los ingredientes procede de Italia y para comprobarlo el cliente puede adquirir en la pequeña zona de tienda, ubicada junto a la puerta de acceso, cualquiera de los principales productos que se emplean.

La carta del Italiano responde a la filosofía que impera en todos los negocios que dirige Carlos Zamora: prima la receta de siempre, explicada al detalle para dar protagonismo a cada ingrediente y a su procedencia, pero sin que falten algunos toques actuales.
La carta se organiza en diferentes apartados, para dar respuesta al amplio abanico de especialidades de la gastronomía italiana, desde los antipasti hasta los postres dulces, pasando por los vinos y las cervezas del país mediterráneo.

De entrada, las opciones pasan algunos de los antipasti, por un carpaccio, por alguna ensalada (taormina, amalfitana, lucca, bergamasca y siena), por alguna mozzarella de Salerno o por un plato de verduras (a la parrilla o unos champiñones gratinados).
Si el comensal prefiere otra cosa tiene los risottos o la pasta fresca, elaborada a diario y con diferentes salsas: tortellini, raviolis, gnochis…

En pasta seca hay toda la variedad de especialidades, spaguettis, tagliatelle, mafaldini, papardelle, lasagna… para cerrar el recorrido con carnes y pescados, que también hay.
Y después de todo este recital, ¿echan en falta algo? Por supuesto. Las pizzas. No puede haber un restaurante ‘made in Italy’ sin ellas. Aquí hay cerca de veinte diferentes, desde las más clásicas (margarita, napolitana o 7 quesos) hasta las propias, todas con nombre de persona.

José Luis Pérez Redactor Jefe

Historiador y arqueólogo, trabajo desde los años noventa en El Diario Montañés donde he sido coordinador editorial de publicaciones y actualmente soy redactor jefe. Escribo de gastronomía desde hace algo más de una década y coordino el suplemento Cantabria en la Mesa.

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