Patrimonio, naturaleza y gastronomía Patrimonio, naturaleza y gastronomía
La iglesia de Santa María de Toraya es la construcción más emblemática de Hoz de Anero. Ribamontán al Monte surgió como municipio en el... Patrimonio, naturaleza y gastronomía
La iglesia de Santa María de Toraya es la construcción más emblemática de Hoz de Anero.

Ribamontán al Monte surgió como municipio en el siglo XIX, tras disolverse la Junta de Trasmiera que celebraba sus reuniones al pie de una encina centenaria, ya seca, pero que se puede admirar en el lugar donde hoy se emplaza el Ayuntamiento, en el barrio La Iglesia de la localidad de Hoz de Anero, capital del municipio. Se trata de un territorio de gran belleza, marcada por los valles de los ríos Aguanaz y Pontones –ambos afluentes del Río Miera–, con interesantes propuestas que combinan patrimonio, naturaleza y gastronomía, de la mano de veteranos establecimientos que ofrecen una cocina de sabores con mucha tradición.

Patrimonio civil

Hoz de Anero es una localidad que destaca por su sobresaliente arquitectura civil del siglo XVIII, con un importante patrimonio avalado por los palacios de Movellán, ArcoAgüero, Cagigal y Rigada, este último actual convento de carmelitas. Igualmente interesante es la casona en la que se emplaza el Ayuntamiento.

Son varias las intervenciones que Andrés Julián de Mazarrasa, maestro de cantería trasmerano, realizó en el municipio de Ribamontán al Monte a lo largo del XVII como la ampliación del palacio de Rigada de Hoz de Anero, conocido en la actualidad como Convento del Santo Desierto de San José de Rigada, declarado Bien de Interés Cultural en 1977. Otros ejemplos de aquellos primeros años son el Palacio de Falla de Anero, levantado hacia 1920; La Solariega, en Hoz de Anero, que reúne elementos del proyecto de Leonardo Rucabado Palacio para un noble montañés; o la casa regionalista del barrio de la Mortera (1930) en Hoz de Anero.

La iglesia de Santa María Toraya, también conocida como La Asunción, es el monumento más emblemático de la zona junto a la iglesia parroquial de San Andrés y la cueva de La Garma –descubierta en los años 90 y que aún se encuentra en proceso de estudio–. Una de las cavidades más desconocidas de Cantabria pero considerada un yacimiento de los más importantes de Europa.

Patrimonio arqueológico

El monte de la Garma, situado en la localidad de Omoño, custodia uno de los complejos arqueológicos más importantes descubiertos en España en las últimas décadas. En él se acumulan materiales que abarcan desde el Paleolítico Antiguo hasta la Edad Media pero no fue hasta 1995 cuando se produjo el hallazgo de los principales yacimientos.

Una de las características más interesantes de la cueva es que permite observar la evolución de sus pobladores, ya que según los estudios comenzados en la década de los 90, la cavidad estuvo habitada durante muchos miles de años. Muestra de ello son los molares de elefantes o restos de tigres y leones encontrados. En el interior de La Garma A se hallan depositados, en una capa de 4 metros de espesor, los restos de 100.000 años de historia, por poner un ejemplo, en lo que ya es una de las secuencias estratigráficas más importantes del norte de España.

La cueva de La Garma tiene tres pisos fósiles y abundantes formaciones kársticas. El nivel superior, donde se encuentra la única entrada transitable en estos momentos, tiene un reducido vestíbulo que continúa por una sinuosa galería que finaliza en una sima. Tras esta se accede al piso intermedio y después al inferior. Las pinturas, tanto grabadas como con pigmentos, están situadas en el vestíbulo principal. Hay variedad de pinturas negras, sobre todo de cuadrúpedos, y otros murales de pinturas rojas representando signos y manos.

Alicia del Castillo Redactora

Periodista de El Diario Montañés. Forma parte de la sección de suplementos y especiales del periódico.

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