Escenario con mucho sabor Escenario con mucho sabor
La antigua tienda de comestibles acoge un agradable restaurante. En el centro de la localidad, en el local donde estuvo el antiguo colmado o... Escenario con mucho sabor
La antigua tienda de comestibles acoge un agradable restaurante.

En el centro de la localidad, en el local donde estuvo el antiguo colmado o tienda de comestibles inaugurado por Pedro García en 1926, se ubica este restaurante que Emilio Gutiérrez y Fresnedo Menéndez inauguraron en 1996. Tuvieron el acierto de mantener la esencia de la tienda que había cerrado en 1971 y que había quedado intacta. Esto hoy, cuando se cumple el 20º aniversario, así perdura, para disfrute del cliente, que puede viajar al pasado, enriquecerse con el escenario al tiempo que toma el aperitivo, almuerza o cena.

Para acceder al comedor –la trastienda–, pequeño y acogedor, hay que atravesar la barra. Ya sentado, el cliente tendrá a su alcance una carta bastante completa y con identididad, donde se priman la selección de materias primas y las elaboraciones sencillas y tradicionales a las que no les falta un toque personal y que son ideales para protagonizar un largo y entretenido picoteo.
De inicio destacan los pudines de puerros y gambas y el de cabracho, el foie de pato y los patés variados. Luego hay una amplia variedad de ensaladas e interesantes platos de verduras, como los calabacines rellenos de gambas en crema de puerros o el pisto de la Tienda con jamón de bellota. El recital de sabores continúa con los revueltos de hongos con jamón y de algas con gambas y oricios.

En raciones, imprescindible probar los mejillones en salsa, el pulpo a la gallega, los huevos fritos, la morcilla o las cocochas de merluza rebozadas, siempre sin olvidar los fritos, una referencia de la casa: croquetas de queso azul y bacalao, huevos con bechamel, rollitos de jamón y queso, rabas y san jacobos de lomo adobado con patatas.

Como alternativas están el picoteo a base de embutidos de primer nivel, de bellota, las conservas (anchoas, pimientos, espárragos, ventresca…) y las carnes, como las delicias de wagyu (carne de buey en seis mini hamburguesas), solomillo de pato, solomillo de vaca con foie o con setas, patatas y salsa de queso, o el entrecot de ternera de pasto.

Los postres caseros, tipo tartas de queso o chocolate, tiramisú o leche frita, son un final ideal.

José Luis Pérez Redactor Jefe

Historiador y arqueólogo, trabajo desde los años noventa en El Diario Montañés donde he sido coordinador editorial de publicaciones y actualmente soy redactor jefe. Escribo de gastronomía desde hace algo más de una década y coordino el suplemento Cantabria en la Mesa.

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