Puertochico, el Santander de siempre Puertochico, el Santander de siempre
Este rincón reúne una parte importante de la historia de la ciudad y sus gentes. Es la parte de la ciudad más santanderina, la... Puertochico, el Santander de siempre
Este rincón reúne una parte importante de la historia de la ciudad y sus gentes.

Es la parte de la ciudad más santanderina, la de más solera, la que huele a más a mar. Es de la que todos los habitantes de la capital cántabra presumimos. Es, en Puertochico, por donde más se pasea, donde se admira el otro lado de la bahía, donde está el Club Marítimo, los barcos deportivos, el comienzo de Castelar…, la antesala que lleva por Reina Victoria a las playas, el Palacio de la Magdalena y El Sardinero. Es el antiguo puerto pesquero donde se concentró toda la actividad mercantil hasta la primera mitad del siglo XX. Allí vivieron los marineros y sus familias, se construyeron bodegas en las calles Peña Herbosa, Bonifaz y Tetuán, y se vivieron días de bonanza y tragedias con el puerto siempre presente.

Allí tuvieron su protagonismo los raqueros, aquellos chavales que se lanzaban desnudos al agua para recoger las monedas que les echaban los parroquianos que paseaban por el muelle o los tripulantes de los barcos que, atracados en la dársena, querían un poco de diversión. Ahora, los raqueros, tienen su monumento, obra de José Cobo Calderón, junto al marítimo. Casi a su lado, mira también al Paseo de Pereda el poeta Pepe Hierro, magistralmente vestido de acero por la escultora Gema Soldevilla.

Puertochico tuvo también en sus últimos años como puerto pesquero tabernas en las que se asaban sardinas y bonito y que dejaron su poso para los tiempos presentes. tascas que con el paso de los años fueron convirtiéndose en grandes restaurantes en los que se continuó con la tradición de utilizar los mejores productos procedentes de la mar.

Coincidiendo con la constr ucción del Palacio de la Magdalena y la llegada de la familia real como inquilina en 1913 es cuando Puertochico se convierte en la antesala del Santander moderno y señorial, que se haría una realidad al final de los años 40 del pasado siglo.
Pasando la fábrica del gas se descubría un nuevo Santander, construido en torno a sus playas.

Diego Ruiz Redactor

Santander 1960. Universidad de Cantabria. Sección de Deportes, Cantabria en la Mesa y, a veces, algo de toros.

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