Una apuesta segura

En el restaurante Machinero, Fernando Pérez ofrece ‘sabor’.

Desde hace más de dos décadas, el restaurante Machinero es un sinónimo del buen comer en Santander y así lo acredita año tras año la guía Michelin, que incluye a este establecimiento en la categoría Bib Gourmand, que identifica los sitios donde se come de forma excelente con una muy buena relación precio-calidad. Al frente del mismo están Fernando Pérez y su esposa Ana Alonso, que atiende la sala.

Fernando es un chef de la vieja escuela, con muchos años de experiencia tras su paso por El Molino de la época de Víctor Merino, que fue una escuela para varias generaciones de profesionales de los fogones. Pero, a diferencia de otros colegas, Fernando ha evolucionado técnicamente y se ha adaptado a los nuevos tiempos de la cocina española. Sin la necesidad de hacer excentricidades, el chef del Machinero sabe mantener las bases tradicionales que conviven en su cocina con propuestas más actuales, con toques de autor que enriquecen las recetas en las que los denominadores comunes son el sabor y el producto.

Además de los menús con los que atrae al cliente de entre semana y de los pinchos con los que deslumbre los fines de semana, Fernando cuenta con una carta llena de sugerentes platos como el pastel de setas, los espárragos rellenos o la parrillada de verduras en entrantes. Para compartir en raciones, hay varias propuestas todas a 10 euros: terrina de foie, croquetas de mejillón, milhojas de berenjenas, boletus con crema de queso Divirín, costillas asadas con soja y miel, callos de bacalao, mollejas de cordero encebolladas, bacalao ajoarriero o secreto ibérico.

Luego están los pescados (merluza, rape, atún rojo, bacalao, chipirones), las carnes (escalopines, solomillo al foie, rabo de toro, venado, chuletón y entrecot) y los postres caseros.