Muchas de las recetas de la cocina tradicional se pierden con el «boca a boca» tan habitual; la mejor manera de conservarlas es escribiéndolas,...

Muchas de las recetas de la cocina tradicional se pierden con el «boca a boca» tan habitual; la mejor manera de conservarlas es escribiéndolas, y si las recopilas y editas un libro…, pues aún mejor. Y esto es lo que ha hecho Jaime ‘Yeye’ Diez-Astrain Foces; y lo hace con un ligero toque de humor a la hora de nombrar los diferentes capítulos, trasladándonos a su ámbito profesional, que no es otro que el de la abogacía.

‘De la instrucción. Diligencias previas’, ‘De las presunciones’, ‘De las partes’, ‘De las declaraciones’, ‘Incoación al procedimiento’… son algunos de los capítulos de este sugerente y divertido libro de recetas; recetas de las que el autor nos aporta una información adicional sobre su autoría u otros aspectos dignos de reseñar. Referencias constantes a su madre y fuente de inspiración, así como a los diversos lugares en los que ha vivido el autor –de Laredo se queda con el inolvidable ‘Bonito al Pollo Marino’– aportan al libro una personalidad y valores que cuesta encontrar en otros libros de recetas.

Se ve, y ya lo dice él, que a Jaime le gusta cocinar y además de la recetas de su madre, cita numerosas recetas de su familia y amigos a los que hará pasar a la historia como creadores de unas recetas populares recogidas con dedicación y cariño en este libro.

Para acabar, queridos gastrolectores, os dejo con el último capítulo, al que el autor ha llamado ‘Sentencia final’:

«Los jueces sois vosotros, que tenéis que dictar sentencia sobre este recetario del que me declaro autor, poniendo en vuestras manos la libre absolución o la condena. Cualquiera que sea el veredicto ojalá lo hayáis disfrutado».

Ángel Luis Gómez Calle Crítico literario

Profesor de la Escuela de Hostelería del IES Fuente Fresnedo de Laredo.

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