Ya habíamos hablado el año pasado por estas fechas de la borraja, pero es que no me puedo resistir, es una de las verduras...

Ya habíamos hablado el año pasado por estas fechas de la borraja, pero es que no me puedo resistir, es una de las verduras de invierno que puedes hacer con cualquier cosa y siempre queda bien.

Existen infinidad de elaboraciones, desde los clásicos guisos, un salteado con refrito de ajo y unos tacos de jamón, a una de las cosas más ricas que he comido nunca que fue un ‘caviar de borrajas’ que una vez elaboró Jesús Sánchez, del Cenador de Amós, con la parte más tierna del tallo, sublime.

Nosotros nos vamos a centrar en lo sencillo y haremos una receta tradicional de las que no dejan indiferente a nadie. Para la elaboración vamos a necesitar lógicamente la borraja, unas almejas, un diente de ajo, unos tacos de jamón, unas almendras fileteadas que tostaremos en la sartén y aceite de oliva virgen extra.

Lo primero que vamos a hacer es limpiar bien y trocear nuestra borraja. Seguidamente la ponemos a cocer en una cazuela con agua hirviendo y sal durante unos 15 minutos. Escurrimos bien y reservamos; también guardamos el caldo.

En una sartén ponemos un diente de ajo bien picado con unas gotas de aceite y le damos fuego a tope. Ponemos las almejas y tapamos; en cuanto empiecen a abrirse, las retiramos a un bol para que no se nos pasen. En esta misma sartén añadimos ahora los tacos de jamón y las almendras, dejamos que vayan tostándose y añadimos una cucharadita pequeña de harina, para ligar nuestra salsa, y le vamos añadiendo un poco del caldo de la cocción. Dejamos que hierva unos minutos hasta que veamos que va espesando la salsa, añadimos también el agua que han soltado las almejas al abrirse, que le aporta al guiso ese gran sabor que marca la diferencia.

Por último, incorporamos la borraja y las almejas, movemos bien para integrar todos los elementos y a servir, con un poco de perejil picado por encima.

Una variante que a mí me encanta es no incorporar la sal al agua de cocer la borraja y cuando tenemos reservado ese caldo añadirle una cucharadita de miso blanco, revolviendo bien para que se disuelva y luego hacer nuestra salsa. Si queréis probar, está realmente bueno.

Ricardo Ezcurdia Cocinero

Para este profesional del mundo de la joyería la cocina es su auténtica pasión, lo que le ha llevado a realizar numerosos cursos junto a grandes cocineros. Esta afición le animó a inscribirse en el concurso televisivo Master chef, donde en alguna edición se ha quedado a escasos pasos de ser seleccionados. Colaborador habitual en Cantabria en la Mesa, pone el contrapunto con sus artículos dando la visión del cocinero aficionado, compartiendo con los lectores sus recetas y sus trucos.

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