La alimentación antiinflamatoria La alimentación antiinflamatoria
Hoy sabemos que gran parte de todas las enfermedades crónicas que nos afectan a lo largo de nuestra vida (obesidad, diabetes, cáncer, enfermedad cardiovascular,... La alimentación antiinflamatoria

Hoy sabemos que gran parte de todas las enfermedades crónicas que nos afectan a lo largo de nuestra vida (obesidad, diabetes, cáncer, enfermedad cardiovascular, demencias, etc.) son el reflejo de un estado interno de alteración generalizada, que crece en nuestro interior a través de años de alimentación y estilos de vida incorrectos. Es la peligrosa inflamación interna generalizada.

Nosotros podemos controlar ese proceso, aplacarlo o incluso detenerlo solo con sencillas medidas: algo de ejercicio físico regular, evitar tóxicos como tabaco, drogas y exceso de alcohol y consumir con frecuencia una serie de alimentos antiinflamatorios. Hoy vamos a analizar cuales son los principales alimentos antiinflamatorios; los que no deben faltar en nuestro plan de alimentación semanal.

Los primeros son aquellos alimentos ricos en esas potentes grasas antiinflamatorias como son los omega 3. Ya hemos relatado desde estas líneas que hay tres alimentos que consumidos con regularidad nos pueden proporcionar estos nutrientes imprescindibles: los pescados azules, la chía y las nueces.

En segundo lugar están los vegetales de hojas verdes y anchas como son la lechuga, la col rizada, las espinacas y las acelgas. Contienen poderosos antioxidantes, flavonoides, carotenoides y vitamina C, todos ellos ayudan a proteger contra el daño celular que ocasionan los agentes inflamatorios. Estos vegetales se pueden consumir crudos en ensaladas o licuados o bien cocinados al vapor.

En tercer lugar están las bayas de colores azules, morados o granates como las moras, arándanos, grosellas, etc. No debe faltar en nuestra nevera un bol repleto de estos frutos. Cada día debemos de añadir un puñado a cualquier ensalada o guarnición que se nos ocurra preparar.

En cuarto lugar debemos considerar todos aquellos alimentos que resultan de un proceso de fermentación natural como aceitunas, col (chucrut), kéfir, yogures enriquecidos con bacterias, miso o tempeh. Estos alimentos fermentados son muy eficaces para restablecer el equilibrio de nuestra flora intestinal. La ciencia médica ha demostrado recientemente que la mayoría de las enfermedades inflamatorias empiezan en el intestino, como resultado de un desequilibrio de nuestro microbioma.

En quinto lugar debemos considerar el ajo. Numerosos estudios demuestran la acción beneficiosa de este humilde condimento, que es capaz de actuar a numerosos niveles.

Y finalmente una bebida: el té verde. Cualquier té verde de buena calidad sirve pero hay dos tipos con una extraordinaria potencia antiinflamatoria y antioxidante. Uno es el té Matcha, el té verde más rico en nutrientes. Se comercializa como un polvo sin fermentar molido en piedra. El Tulsi es otro té cargado con antioxidantes y antiinflamatorios. Ambos se pueden adquirir en cualquier tienda especializada.

El complemento de una alimentación antiinflamatoria eficaz es reducir lo más que podamos las alimentos que acrecientan el estado inflamatorio. En primer lugar están los dulces, el azúcar y la fructosa (incluida la que contienen los zumos de frutas exprimidas). En segundo lugar están los alimentos procesados industrialmente y los englobados en el término ‘snacks’, como patatas fritas de bolsa o lata, gusanitos y demás.

Podemos mantener a raya la inflamación generalizada que a todos nos amenaza con estas sencillas y deliciosas medidas alimentarias.

José Enrique Campillo Médico

Catedrático de fisiología y experto en nutrición y alimentación.

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