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Un circuito de tapeo por San Sebastián, Capital Europea de la Cultura 2016. Begoña del Teso :: A San Sebastián le sobran las razones... Capital del aperitivo
Un circuito de tapeo por San Sebastián, Capital Europea de la Cultura 2016.

Begoña del Teso :: A San Sebastián le sobran las razones para ser visitada. La riqueza natural de su entorno, la elegancia de sus calles, que la transforman en una de las ciudades más bellas del arco atlántico, o su suculenta tradición gastronómica la han convertido en uno de los destinos turísticos con más solera del mundo. Pero este año, la cita con Donostia es ineludible. Los donostiarras llevan mucho tiempo preparándose con ilusión para un 2016 en el que serán la Capital Europea de la Cultura y el resultado promete estar a la altura de las expectativas. A los planes habituales que hacen de la ciudad un destino ideal, se une a partir de ahora una intensa agenda de actividades para todas las edades, gustos y sensibilidades.

En estas líneas ofrecemos un puñado de sugerencias de bares en Donostia. Podrían ser otros mil. En esta ciudad y en su comarca hay bastante más de 2.016 lugares para beber, brindar, comer y charlar. No citaremos los mil veces nombrados: ese A Fuego Negro capaz de plantear un picoteo estratosférico: Black Rabas, Ortiguillas Donostiarras y Letxe de tigre (sic, sic) o el inmortal Ganbara de las setas, la trufa negra y los croissants rellenos. Ni siquiera La Espiga de los prodigiosos ‘jaliscos’ con jamón y champiñón. En esta guía partiremos de la ciudad deportiva de Anoeta y llegaremos a la playa de La Zurriola.

Bajamos desde la estación de Topo de Anoeta hacia Amara. En Jose María Salaberria 23 nos encontramos con el Arrate, orgullo de sus vecinos. Haciendo de sus carencias virtud, el lugar ha logrado que nadie se acuerde de que no tiene cocina porque se ha especializado en las mejores conservas del Cantábrico y del Atlántico, sublimado la tosta y vuelto a la comunidad esclava de un ibérico poco conocido aquí: la papada, que se deja acompañar esplendorosamente por vino de Calatayud.

Brasil y una croqueta

Saliendo del Arrate a la izquierda y en perpendicular terminaremos encontrando en Felipe IV un bar que se ha hecho con la peña gracias a sus propuestas brasileñas. Bajo la protección santera de Zé Pilintra, patrón bailongo de los bohemios, en el Asè los habituales disfrutan de sorpresas como la moqueca de peixe, sustancioso guiso de pescado. Anda que te andarás llegaríamos a una intersección entre la calle Urbieta y el barrio de Amara primigenio: en la rúa Pedro Egaña un bar de esos que parecen que siempre han estado allá: el Txoli. Ahí la jefa, Violeta, prepara una croqueta elaborada como los dioses mandan: buena bechamel y trocitos de jamón de verdad. Seguimos bajando y acaso apetezca un cafecillo en la monumental La Bella Easo de la plaza Easo. Si frío y espumoso, lo preparan en coctelera.

Si no apetece, en perfecta línea recta desembocaremos en la calle Mayor. Ya estamos en ‘Lo Viejo’. Primera tentación frente al Teatro Principal: Kenji Sushi Bar, el sueño de Kenji Takahashi, oriundo de Kobe. Aclamado por todas sus preparaciones, se crece cuando alguien le pide que trabaje con los interiores de los pescados más frescos. Así, su hígado de rape coronado por esa salsa de mostaza japonesa con miso llamada karasamishu y cuidadosamente mojado (por el comensal) en ponzu, elaboración líquida de soja, cítricos, yusu, caldo dashi y sake dulce mirin alcanza grados de untuosidad impagables.

A unos pasos, la multitud (no exageramos) se bate por un hueco en el Paco Bueno, bar de boxeo, rugby y… la única, la inmejorable gamba con gabardina que se sigue preparando como lo hacía la abuela Sabina. Cambiemos de barrio. Crucemos el río, Kursaal a la derecha y luego izquierda, nos topamos con el bar del centenario Real Moto Club. Hay que probar su calabacín con hongos e Idiazabal antes de encaminarnos al Gerald’s Bar de Nueva con Iparraguirre, asombrosa fusión australiana-vasco-italiana donde el steak tartare se acompaña de copa de champagne.

Tal vez sea recomendable retomar nuestra ruta en otra jornada. Porque aun nos quedan por catar la sabrosura despampanante de la tortilla del bar Zabaleta y la mitológica ensaladilla del renovadísimo Ezkurra (calle Miracruz. Amén de conocer un barrio nuevo más allá de las playas: Antiguo Berri, donde degustaremos el atún rojo marinado con soja y huevas de trucha de Lobo (plaza Sert).

Hacia la autopista, en Igara, hay un rincón andaluz, Arrikitaun. Prueben sus galletas fritas antes de que acabe el Año de la Capitalidad Europea.

Redacción CEM Área de Redacción

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