Querido 2016: Como buen hostelero que quiero ser, este nuevo año tengo muy buenos propósitos y unos cuantos objetivos que llevar a cabo (además...

Querido 2016: Como buen hostelero que quiero ser, este nuevo año tengo muy buenos propósitos y unos cuantos objetivos que llevar a cabo (además de dejarme en el gimnasio los kilitos extras de los polvorones, las peladillas y las burbujas navideñas…).

Lo primerísimo que voy a hacer es poner en las cartas del restaurante los símbolos de los alimentos alérgenos, porque lo voy dejando, dejando…, y lo único que voy a conseguir aparte de no tener informados a los clientes de alergias e intolerancias, es que me metan un buen paquete en la próxima inspección de Sanidad.

Después tengo que actualizar y llevar a sellar la nueva lista de precios, porque llevo tres años sin modificar tarifas, y si pongo nuevos precios y no lo registro, el puro me lo va a meter el inspector de Turismo… La caña por ejemplo cuesta 1.50€ ya ni me acuerdo desde cuándo, y el barril de cerveza y el resto de bebidas alcohólicas solo en 2015 subieron un 10%.

También tengo que armarme de valor y empezar a pedir la tarjeta de crédito a las reservas de mesas de grupos grandes como garantía para intentar evitar las pérdidas y los transtornos que generan los ‘no shows’, a sabiendas que esto me traerá muchos problemas y que perderé clientes. Pero en algún momento hay que agarrar ya este toro por los cuernos…

Voy a seguir este año invirtiendo y apostando por la formación para el equipo, ya que, aunque no es fácil organizarlo, compaginarlo con el trabajo, y resulta costoso y complicado para todos, siempre compensa y nos ha dado excelentes resultados en el funcionamiento del establecimiento y en la atención al cliente. La receta que contenga como ingrediente fundamental la formación y la ilusión nunca falla.

Además, este año a nivel fiscal tiene un aliciente muy curioso, y es que como Hacienda ya ‘no somos todos’, porque eso resultó ser una simple campaña publicitaria para convencer al populacho…, pues igual ahora nos dejan aplicar la doctrina ‘Infanta Cristina’ a nuestro sector, y las liquidaciones y las relaciones con el fisco son mucho más flexibles y menos asfixiantes.

Pues ale, a por ello vamos durante 2016 que no es poco…

Pilar Velarde Empresaria 2.0

Tenía 19 años cuando monté mi primer negocio. Han pasado muchas cosas desde entonces, muchas y muy intensas, y no ha sido fácil en absoluto, pero ha merecido la pena.

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