Gastronomía y tradición

Cocido y olla ferroviaria para celebrar el día de San Sebastián en Vargas y en Reinosa.

La festividad de San Sebastián acogerá, la próxima semana, la degustación de vino de la fuente -tradición que se celebra desde el siglo XVIII- y la vigésimo cuarta edición del Concurso de Ollas Ferroviarias, siendo el gran protagonista del programa elaborado por el Ayuntamiento de Reinosa para celebrar la fiesta del patrón de la ciudad.

Los participantes del concurso, que se llevará a cabo en la Plaza de España, podrán inscribirse a partir de las 8.30 horas del mismo miércoles, día 20 de enero, durante una hora.

Los guisos tendrán que elaborarse a base de patatas y carne de vacuno, por supuesto de Reinosa, y deberán estar listos a las 12.30 horas del mediodía. Los quince primeros clasificados podrán optar a premios en metálico. Cada año, el olor de las ollas que cocinan las peñas, se impone en las calles mientras suenan los cánticos campurrianos y las panderetas.

La popular tradición de degustar vinos data de 1774 y, desde hace años, se produce ‘el milagro’ de convertir en vino el agua de la fuente de la plaza. Cuentan que tras finalizar unas obras en la iglesia de San Sebastián de Reinosa, de estilo neoclásico, el sacerdote invitó a todos los vecinos a vino y desde ese año se conmemora dicha tradición después de la misa mayor que se celebra en la parroquia.

Fiesta de Interés Turístico

La celebración de la fiesta de ‘La Perola’, en Vargas (Puente Viesgo) reunirá el próximo miércoles, día 20 de enero, a cientos de personas que participarán en la degustación del tradicional cocido. Declarada Fiesta de Interés Turístico en el año 2004, el pueblo de Vargas celebra esta festividad desde hace casi dos siglos.

Parece ser que por aquellos tiempos se había declarado una epidemia de peste y un pobre mendigo a quien el pueblo socorrió caritativamente, en agradecimiento le pidió a San Sebastián que dicha epidemia no llegara al pueblo. Por tal motivo, en honor al santo se acordó celebrar una fiesta en la que se daría de comer a todos los pobres que se acercaran al pueblo.

Desde hace ya varios años es la Junta Vecinal quien se encarga de repartir el cocido que prepara un restaurante de la zona, entre todos los asistentes, en el interior del polideportivo.