La tradición de Picos de Europa La tradición de Picos de Europa
Una cafetería histórica, con un buen menú y las especialidades del chef José Francisco Revuelta. En el panorama de la hostelería santanderina la Cafetería-restaurante... La tradición de Picos de Europa
Una cafetería histórica, con un buen menú y las especialidades del chef José Francisco Revuelta.

En el panorama de la hostelería santanderina la Cafetería-restaurante Picos de Europa es todo un referente, no en vano en el recién concluido año 2015 han celebrado su 65 aniversario después de que en 2011 el local fuese sometido a una reforma integral que le presenta con un espacio acogedor, moderno y actual.

El negocio, regentado por la familia Bedoya, tiene en su jefe de cocina, José Francisco Revuelta, a un baluarte, capaz de atender tanto a la amplia demanda que está detrás del atractivo menú del día como a la carta, con secciones específicas de raciones para el picoteo, platos combinados, hamburguesas, sandwiches y baguettes.

Picos de Europa es desde hace décadas un punto de encuentro, una parada obligada en la calle Vargas, donde poder desayunar, tomar el pincho de media mañana, el aperitivo, la merienda o compartir almuerzo o cena con familia o amigos.

El menú diario de lunes a viernes tiene un precio de 12,50 euros, en el que se incluyen el pan, media botella de vino o de agua. Un día cualquiera el comensal podrá decantarse entre tres opciones. De primero, garbanzos con langostinos, ensalada de cecina con frutos secos o champiñones con jamón al ajillo. Para el plato principal, por ejemplo, escalope de ternera cordón bleu, salmón a la plancha con ensalada o pechuga de pavo adobada con patatas fritas. Y como colofón, un postre, a elegir entre tarta de la abuela, flan de coco o macedonia de fruta natural.

Estamos, como se proyecta también en la carta, ante una cocina tradicional, sencilla, pero bien elaborada, donde los ingredientes saben a lo que tienen que saber, siempre a partir de generosas raciones.

Picoteo generoso

En la carta destaca una amplia relación de raciones, suficiente para realizar un completo y variado picoteo, donde no faltan ni los buenos embutidos ibéricos de Guijuelo, ni la cecina de León, los quesos, diferentes tipos de ensaladas, anchoas de Santoña, pimientos, rabas, chopitos, croquetas de jamón ibérico o de queso azul con pasas, mollejas o callos caseros…

En el capítulo de verduras, destacan las elaboradas a la plancha, las alcachofas salteadas con virutas de foie y las gratinadas con queso brie.

Dos tipos de sartenes (con gulas o con jijas), los clásicos huevos fritos con patatas y jamón o el revuelto de setas y trigueros son otras opciones antes de decantarse por un pescado o una carne. Del mar, además de pescado de temporada, se sugieren bacalao encebollado a la montañesa, la merluza rellena de la casa (rebozada y rellena de jamón ibérico y queso), el pulpo a la plancha, el cogote de merluza o la lubina a la plancha. Y en carnes, merece la pena el entrecot troceado sin olvidar las carrilleras, las chuletillas de lechazo o el solomillo con salsa de queso.

José Luis Pérez Redactor Jefe

Historiador y arqueólogo, trabajo desde los años noventa en El Diario Montañés donde he sido coordinador editorial de publicaciones y actualmente soy redactor jefe. Escribo de gastronomía desde hace algo más de una década y coordino el suplemento Cantabria en la Mesa.

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