Sabores en El Grand Cru Sabores en El Grand Cru
Una cocina en la que se fusionan tendencias y materias primas. La moda de los gastrobares ha contribuido a dinamizar el panorama gastronómico urbano... Sabores en El Grand Cru
Una cocina en la que se fusionan tendencias y materias primas.

La moda de los gastrobares ha contribuido a dinamizar el panorama gastronómico urbano y generar alicientes para el cliente más foodie. Se trata de cocinas de vanguardia a precios accesibles, pero que permite advertir tendencias y descubrir nuevos sabores, como sucede en El Grand Cru, donde se propone una cocina de autor en la que se puede contemplar un tratamiento distinto y atractivo del producto, preferentemente de temporada, para conseguir platos originales, llenos de matices y de contrastes.

Ya en el menú del día se advierte que no estámos ante una propuesta convencional. Bajo la denominación de Fast Cru y a un precio de 16 euros, un día cualquier el cliente se puede encontrar con un provolone al horno con tomate glaseado y orégano; una cazuela de caricos con pato; un wok de verduras con chipirones; o unas cebollas glaseadas rellenas de caza con salsa de setas, de entrante.

Para el plato principal, la oferta del día era un jargo al horno con vinagreta de tomate y espárragos; unas albóndigas de ibérico con salsa de parmesano; un pato rustido, confitura de pimiento rojo y salsa de eneldo; y un rollito frito de ternera, verduras y salsa de pimiento rojo ahumada.

Finalmente, para el postre, tarta de frutos rojos o el hojaldre de chocolate blanco y peras glaseadas. El menú incluye el pan, la copa de vino, la cerveza o el agua.

Al frente de los fogones está el cocinero santanderino Rodrigo Vallejo que recientemente representó a Cantabria en la fase nacional de Bocuse d’Or, tras haber sido finalista el pasado mes de febrero en el premio Cocinero revelación en Madrid Fusión. Se trata de un joven con una sólida formación y con una gran capacidad creativa, fruto de su paso por grandes restaurantes con estrella Michelin y de un stage en el restaurante danés Noma.

Si, como ya se indicaba, el menú se advierte lejos de la convencionalidad que marcan este tipo de propuestas en la ciudad, donde más se puede sentir la cocina de El Grand Cru es en los menús degustación, donde el chef se toma más licencias con el fin de agradar al paladar y sorprender al comensal.

El gastrobar dispone de una buena carta de vinos que se sirven por copas y la barra es vistosa con frutos elaborados constantemente.

José Luis Pérez Redactor Jefe

Historiador y arqueólogo, trabajo desde los años noventa en El Diario Montañés donde he sido coordinador editorial de publicaciones y actualmente soy redactor jefe. Escribo de gastronomía desde hace algo más de una década y coordino el suplemento Cantabria en la Mesa.

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