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Platos y costumbres a tener en cuenta para comer fuera de España durante las navidades. Las costumbres marcan en España las fiestas navideñas. Está... Gastronavidades en el mundo
Platos y costumbres a tener en cuenta para comer fuera de España durante las navidades.

Las costumbres marcan en España las fiestas navideñas. Está claro que en cada rincón de la península se come y se bebe diferente, siguiendo una pautas marcadas desde tiempos ancestrales. Cava, vinos olorosos, tintos, blancos o claretes… Caracoles, besugo, lombarda, jamón… Todo depende del lugar en el que nos encontremos. Comidas recias en el norte, donde además hay que combatir el frío, y más ligeras en el sur, donde no apetecen sobredosis de calorías. Pero ¿qué se come en otros países?, ¿qué costumbres tienen?, ¿cuáles son sus normas? Aquí también cuenta mucho la climatología. Por ejemplo, en Australia, en estas fechas en pleno verano, son frecuentes los pic-nis al aire libre, con pavo, verduras a la barbacoa y postres hechos con ciruelas. La playa se convierte en Navidad en el gran comedor de la casa. En la arena de Whitehaven, Cable Beach o Noosa Main, hombres, mujeres y niños en bañador disfrutan del sol, el agua y la gastronomía típica del continente.

Christitollen alemán

En Alemania, sin embargo, hay para compartir con la familia cerdo, ganso asado, jabalí y claro está, una buena sopa. Su postre habitual es el christitollen. Es un pan dulce con una forma rectangular, que se supone que debe de recordar a un niño envuelto en pañales. También llaman la atención las Lebkuchenhäuschen, la casa del cuento de Hansel y Gretel, hecha de jengibre y comestible.

En Francia, Italia y Portugal hay diferencias, tanto a la hora de preparar los menús como en sus tradiciones. Nuestro vecinos galos se parecen a nosotros. Caracoles (escargots), ostras gratinadas, lenguado a la meunier…, son habituales. En la república los caracoles se hacen al horno y en su receta llevan mantequilla, ajo, perejil fresco y chalota. Cada concha se rellena con una porción de la mezcla, la carne del crustáceo y se cierra de nuevo con otra capa de la mezcla. El gratinado final le da un sabor característico. Uno de sus postres favoritos en Navidad es la tarta de castañas y chocolate.

Los italianos, por su parte, apuestan por el bacalao y la pasta. Sus dulces típicos navideños son el struffoli (pasta napolitana con miel), cenci (cintas de pasta frita espolvoreada con azúcar), los higos secos, almendras confitadas, castañas y frutas de mazapán y verduras. Los portugueses suelen empezar con un cocido a base de bacalao, repollo, patatas y huevo. No faltan tampoco el pavo y el pulpo. Para terminar la cena, son típicos los buñuelos y el ‘Bolo Rei’, un bizcocho relleno de nueces y frutas, algo equivalente al al roscón de reyes. En el Algarve se degusta además arroz con leche, mientras que al norte se degustan las torrijas, con una receta similar a la española. Y, en cuanto a sus manías, decir que en Portugal está mal visto pedir sal o pimienta extra y que la mesa no debe recogerse hasta la mañana siguiente por respeto a los familiares fallecidos.

En Sudáfrica, en estas fiestas el plato más emblemático es el arroz con pasas y frutos secos, las legumbres y el pastel de ternera. Mientras que en Estados Unidos es frecuente el puré de patata y la tarta de calabaza. Y en Japón, cómo no, sushi y sashimi para toda la familia.

En Islandia, no falta en Navidad en los hogares más tradicionales la carne cruda de ballena. En este país aún es legal la caza de estos cetáceos.

La cubertería

En España se sigue manteniendo la costumbre de montar la mesa con mantel y servilletas de tela, con vasos para cada una de las bebidas, cuchara, tenedor, cuchillo, paleta para el pescado y cubiertos para el postre. Todo colocado en el orden de la comida. Pero no en todo el mundo se sigue esta norma. En la India, por ejemplo, hay que cenar utilizando las manos, mientras que en Brasil y Chile todo se toma con los cubiertos. En Japón, por supuesto, se utilizan los palillos , aunque está mal visto lamerlos, cruzarlos o compartir la comida con el comensal de al lado con ellos. El Tailandia, el tenedor solo se utiliza para empujar los alimentos hacia la cuchara. Y en Italia, comer los espaguetis con cuchara, es un auténtico pecado.

Hay que tener siempre en cuenta que en cada país hay una cultura distinta que se refleja también en las comidas. Si a alguien le invitan a comer en Japón, por ejemplo, debe saber que allí es de muy buena educación hacer el mayor ruido posible mientras se está en la mesa. Dicen que el que chilla es que está realmente satisfecho con las viandas. Más peculiar es lo que pasa en los países árabes y en china. Allí, para saber que se disfruta de la comida no hay que hacer ruido, si no eructar al terminar con los platos. Lo que en España sería un acto de mala educación, una guarrería, allí es de lo más natural. Sin embargo, en China no está bien visto dejar el plato vacío. Allá a los niños no les dicen eso de «¡niño, cómetelo todo!». Todo lo contrario que en la India, donde no debe dejarse nunca nada. En Tailandia no es apropiado coger la última porción de cada plato -la de la vergüenza que decimos en España- y se sirven las comidas en grandes platos para compartir entre todos. Y en Corea y Japón, hay que comer descalzo, como manda la tradición. Zapatos, sandalias, babuchas o deportivas, fuera.

El rosco

Es curiosa la tradición que tienen en Venezuela de ir en patines a la primera misa de Navidad o la de los ingleses de introducir una moneda en el postre. El que la descubra tendrá un año de dichas, con mucho dinero y suerte. Más o menos como nuestro rosco de reyes, en el que se escondía una haba que obligaba a quien la descubriera a pagar el dulce. El rosco originalmente no tenía ninguna relación ni con la Navidad ni con la monarquía. Se trata de una tradición que nació en la época romana, en la llamada ‘Fiesta del Esclavo’ celebrada cuando finalizaban los duros trabajos de campo. En forma de recompensa se repartían tortas hechas de miel, higos y dátiles, con un haba seca en su interior. El esclavo que se hiciera con este haba quedaba libre de trabajar durante todo el día y recibía todos los lujos dignos de un rey. Después, la tradición pasó a celebrarse el día 6 de enero gracias a los franceses, que utilizaron este postre para la fiesta infantil navideña ‘Le Roi de Fave’, en la que el niño que descubría el haba se convertía en el rey del festejo.

Comidas, tradiciones…, es tiempo de Navidad y las luces de colores y los cánticos invaden las principales ciudades del mundo.

Diego Ruiz Redactor

Santander 1960. Universidad de Cantabria. Sección de Deportes, Cantabria en la Mesa y, a veces, algo de toros.

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