Valduero, potente y elegante

Vinos finos de la Ribera del Duero en Gumiel de Mercado.

Construir un bello edificio con un solo material o pintar un gran cuadro con un único color es privilegio de unos pocos elegidos. Hacer del vino un objeto de culto con una sola variedad de uva es, sin duda, una tarea para un puñado de talentosos bodegueros de la Ribera del Duero. Desde hace 31 años, la familia García Viadero, propietaria de Valduero, elabora unos elegantes y a su vez potentes caldos, con uva tempranillo. Vinos con vida propia que cambian añada tras añada, siguiendo el acertado criterio y la filosofía de Yolanda García, propietaria de la empresa junto a su padre -don Gregorio- y su hermana -Carolina-. Para Yolanda, sobre quien recae la mayor parte del peso de la bodega, todo el proceso en la elaboración del vino, «la cata», empieza en la cepa y, sobre todo, es fundamental tener muy claro que la uva «llega con una vocación a la bodega y hay que entenderla». Valduero supo instalarse en 1984 en un terreno de buen equilibrio, muy regular, de cerca de 200 hectáreas, entre Roa y Los Gumieles. Allí se plantó uva de la variedad tempranillo, en vaso, buscando una producción más corta pero de mayor calidad que la habitual de espaldera. Hoy, Valduero, con una treinta de trabajadores, más de 200 vendimiadores cada temporada, 60 hectáreas más en Toro y unas 25 en Rioja, elabora vinos tintos, un rosado y un blanco ganadores de importantes premios a escala internacional. El más reciente, el de Mejor Tinto de Crianza que concede la Guía Gourmets 2015. Un vino espectacular que bien podría venderse como un reserva, con 15 meses en dos barricas de madera distinta y 12 en botella. Un vino al que se le nota también los beneficios de esa luz especialmente buscada en una bodega construida a base de un kilómetro de túneles, excavados bajo el terreno, a 20 metros de profundidad. Una explotación en la que se cuida todo al detalle, desde la recolección manual de la uva en cajas, al reposo en un monumental y original botellero de madera.

Gregorio García Álvarez, propietario de Valduero, junto a sus hijas Yolanda y Carolina, apostó desde el momento en que creó esta bodega en Gumiel de Mercado, muy cerca de Aranda de Duero, por el mercado internacional. Fue pionero de la ahora exitosa denominación de origen Ribera de Duero. En el 84 había ocho bodegas elaborando vino en la zona, hoy unas 270.

El 68% de la producción de Valduero se exporta a todo el mundo. En Europa está presente en todos los países, salvo en grandes naciones viticultores como Francia e Italia. En Iberoamérica, a excepción de Perú, Chile y Argentina. Y en Estados Unidos se bebe Valduero en 14 estados. En el Caribe, Asia -Shangai, Tailandia, Hong Kong, Pekin, Taiwan…- y en España, sobre todo, en tiendas especialidades y en los mejores restaurantes. En Cantabria, Valduero se encuentra en los estrellas michelin Annua, El Nuevo Molino, El Serbal y Solana, cuyos chefs además han promocionado la cocina cántabra en Iberoamérica invitados por Valduero. El último ha sido Nacho Solana, en la República Dominicana.

Las añadas

Las añadas acabadas en cinco son talismán para Valduero. Y la de 2015 se presenta con grandes expectativas. Según Yolanda García «francamente, hacía años que no veía una uva tan estupenda, excepcional se podría decir. Esta añada tiene todo y todo bien puesto».

Yolanda García le da una suma importancia a la calidad de la uva. De hecho, hay añadas que se desecharon, como las del 93, 2003 y 2013 -si el 5 es bueno, el 3 es todo lo contrario-, por no tener la calidad que Valduero quiere para sus caldos. Eso indica el mimo con el que se elabora el vino en esta bodega. Sin embargo, la de 2015 se cree que irá prácticamente entera a reservas y grandes reservas.

Tres galerías bajo tierra

En la primera de las galerías bajo tierra de Valduero están los depósitos de acero inoxidable con una capacidad para 1.500.000 litros. En la segunda se almacenan más de 4.000 barricas de madera de roble (francés, americano, húngaro…) a una temperatura de 13 grados con una una humedad constante del 65%.

La tercera es donde el vino envejece en botella, en una gigantesca montaña de con el único soporte de la madera.

En esta cueva horadada bajo tierra se encuentra el club ‘Membresía la Tenada’ en el que se pueden adquirir botellas personalizadas de los mejores vinos de Valduero. Son socios de este club, entre otros, Vargas Llosa, Plácido Domingo, Fernando Trueba, Del Bosque, el Gran Wyoming y Matías Prats, entre otros.

En cuanto a sus vinos, hay que destacar los tintos desde el crianza al gran reserva, asombrosos. Con especial atención al Una Cepa y al Seis años. Y un blanco único, distinto: Albillo, que lleva el nombre de una uva recuperada por esta familia que, además, tiene fuertes raíces cántabras.