Tres, dos, uno, cero… ¡Huevo! Tres, dos, uno, cero… ¡Huevo!
El DNI de este producto se halla en la cáscara y en el envase. En Cantabria, cinco granjas los comercializan ecológicos. Los españoles consumimos... Tres, dos, uno, cero… ¡Huevo!
El DNI de este producto se halla en la cáscara y en el envase. En Cantabria, cinco granjas los comercializan ecológicos.

Los españoles consumimos al año cerca de 6.000.000 de kilos de huevos de gallina. Algo más si sumamos los de codorniz, oca, pato e, incluso, avestruz. Los utilizamos para comer fritos, en tortilla, cocidos, pasados por agua, para rebozar, empanar; para hacer salsas, postres… Son un alimento básico del que quizás sepamos muy poco. Según una encuesta realizada por INPROVO (Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos), tan solo un 2% de los españoles se fija e identifica correctamente el código impreso en la cáscara. La mayoría de encuestados también desconoce los distintos sistemas de producción.

Para empezar hay que decir que existen cuatro tipos diferentes de huevos de gallina, los más consumidos, los que habitualmente tenemos en la nevera. Cada uno de ellos tiene su identificación en la cáscara, en esos dígitos de color rojo que vemos y a los que por lo general no prestamos atención.

Lo que aún no ha probado la ciencia es que los huevos de una u otra forma de producción sean mejores

La mayoría de los huevos que se consumen en el mundo provienen de granjas donde las gallinas están hacinadas en jaulas que han sido diseñadas para facilitar la recogida, con acceso de los animales al agua y al pienso. En esa lectura digital de la cáscara, este tipo de huevos se marcan con un 3. Es el primero de los números que vemos de izquierda a derecha. Después aparecen las letras E y S, que pertenecen al país (España). Los dos siguientes pertenecen al código de la provincia en la que se encuentra la explotación y los tres posteriores el del municipio. Los demás, identifican la granja. Estos dígitos son comunes en todos los huevos.

Los más frecuentes

Los huevos llamados de gallinas de suelo se marcan en la cáscara con el número 2. Las aves aquí se mueven libremente dentro de una nave cubierta en la que cuentan con depósitos de agua, pienso, ponederos y zonas de descanso.

Los huevos de gallinas camperas tienen como dígito el número 1. Estas, además de una nave como las de suelo, tienen corrales al aire libre donde picotean, escarban y se bañan en arena.

La cuarta categoría de huevos en Europa es la ecológica. Figura con el dígito 0 y pertenecen a gallinas que viven en granjas similares a las camperas. Pero aquí cambia completamente la alimentación. Estas aves se alimentan con pienso proveniente de la agricultura ecológica. Además, estas granjas tienen que cumplir una normas específicas. La normativa prohibe el empleo de cualquier sustancia química y de origen artificial y los animales deben encontrarse libres, en campos en los que no se hayan utilizado abonos químicos ni plaguicidas.

Ninguno es mejor

Lo que aún no ha probado la ciencia es que los huevos de una u otra forma de producción sean mejores. Todos ellos tienen las mismas propiedades aunque la diferencia está en el precio. Lógicamente, los que se recogen en las granjas ecológicas tienen un mayor coste por instalaciones y alimentación. También los científicos insisten en que no hay diferencia entre los huevos blancos y rojos.

Es un mito que los huevos aumenten el nivel de colesterol. Uno al día no hace daño

Lo que sí está claro es que pueden incluirse en una dieta saludable para el corazón, al ser bajos en grasas saturadas y ricos en nutrientes. Es, por lo tanto, un mito que el consumo de huevos aumente el nivel del colesterol. Uno al día no hace ningún mal y está cargado de vitaminas (en especial vitamina B12, ácido pantoténico, biotina, Vitaminas D, A, B2 y niacina) y minerales (fósforo, zinc, selenio) y es relativamente bajo en calorías (hay 156 calorías en un huevo entero).

La etiqueta

Otra importante fuente de información la encontramos en la etiqueta en la que vienen envasados los huevos, por docenas, decenas o medias docenas. Ahí encontramos la fecha de consumo preferente y la clase según el peso: XL, o súper grandes, (73 o más gramos); L, o grandes, (entre 63 y 73 gramos); M, o medianos, (entre 53 y 63 gramos), y, S, o pequeños, (menos de 53 gramos). También se identifica la empresa que ha embalado o comercializado el producto, el código del centro de embalaje y la forma de cría. Se explica, además, el código marcado en la cáscara, la calidad (categoría A o la letra A, combinadas o no con la palabra frescos), el número de huevos envasados y consejos para su conservación. Todo bien explicado para que el cliente sepa, de verdad, que va a echar en la sartén y acompañar con unas patatas fritas.

En Cantabria hay en la actualidad cinco empresas que producen huevos ecológicos, los más caros y los más de moda. La primera en abrir sus puertas fue la Granja Anero, en la localidad del municipio de Ribamontán al Monte. Fue en 2011 y en una extensión de 8.000 metros cuadrados. Es una de las marcas más reconocidas del país.

La Ecogranja del Dobra está en La Peña del Cuervo, en La Montaña (Torrelavega). Sus gallinas picotean en una finca de casi una hectárea, entre robles, fresnos, salces, castaños y saúces.

La Revilla, en la zona de San Vicente, tiene cuatro tipos de huevos ecológicos: de gallina araucana, marradune, andaluza azul y kika. La primera pone unos huevos azulados que cuestan 20 euros la docena.

También en Torrelavega está la Granja Ruiloba, con un espacio de 15 metros cuadrados por ave. Es la única de España con pollos ecológicos. Por último está La Busta, en Alfoz de Lloredo, un centro de jardinería con una importante proyección.

Los precios

Estos son los tipos de huevos que nos encontramos en las grandes superficies y tiendas especializadas. Pero, ¿cuánto cuestan los huevos? Los de gallinas en jaula, los medianos, se venden sobre 1,20 euros la docena. Los camperos suelen estar en torno a los dos y los ecológicos a partir de ocho euros. Y ya se sabe que el consumo de huevos no aumenta los niveles de colesterol, y que, incluso, bien se puede comer uno al día que no hace ningún daño.

Diego Ruiz Redactor

Santander 1960. Universidad de Cantabria. Sección de Deportes, Cantabria en la Mesa y, a veces, algo de toros.

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