Ana Ana
Ana tiene la piel tan blanca y tan fina que no te extrañaría que un día le vieras pasar una docena de peces minúsculos... Ana

Ana tiene la piel tan blanca y tan fina que no te extrañaría que un día le vieras pasar una docena de peces minúsculos por debajo. Ana es pequeña también, abulta poco, parece frágil, pero desde hace un tiempo se mueve en paz. Da gusto verla, menudo renacuajo. Es importante rodearte de gente que se ha acostumbrado a los zarandeos de los días, gente fresca que no teme hundirse y que sabe escurrirse cuando ya no hay de qué hablar, porque contagian, igual que los cenizos deprimen y los iracundos cabrean. Mira 13Tv. El año pasado, Ana me regaló por mi cumpleaños la tetera que andaba buscando desde que vi un documental gastronómico raro sobre una especie de monje new age. Este año, sabiendo también de mi capricho, Ana me regaló una cafetera Chemex. Así que ahora me acuerdo de ella cuando caliento agua para el café o para el té, es decir, casi todas las mañanas y algunas noches. Los buenos regalos son así: nunca acaban de ser completamente tuyos porque te pertenecen por delegación. Como los amigos. Si Ana viniera un día y se llevara esos dos hermosos objetos, me parecería bien. Pero sé que cuando aparezca, cuando regrese del extranjero, será para traerme un nuevo té raro, o una caja de filtros para la Chemex. Una cafetera, por cierto, que cambia tu forma de hacer café: convierte algo impaciente en relajado.

David Remartinez Redactor

(Zaragoza, 1971). Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca. Ha trabajado en radio, televisión y prensa, y se incorporó a la plantilla de El Diario Montañés en 2011. Actualmente trabaja en la edición digital y escribe el blog Remartini Seco.

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