Los 32 años del matacío en El Llar Los 32 años del matacío en El Llar
Lo mejor del cerdo, en las más longevas jornadas de la región. ¿Alguien puede recordar algún restaurante que mantenga en Cantabria con continuidad unas... Los 32 años del matacío en El Llar
Lo mejor del cerdo, en las más longevas jornadas de la región.

¿Alguien puede recordar algún restaurante que mantenga en Cantabria con continuidad unas jornadas gastronómicas durante más de tres décadas? Difícil si queremos ir más allá del restaurante El Llar, donde esta semana han comenzado con su particular homenaje al matacío. Son ya 32 años, en los últimos bajo la dirección de Alejandro Fernández, quien ha sabido mantener la tradición y la fidelidad de una clientela que valora la autenticidad de la cocina tradicional que aquí se practica durante todo el año.

El matacío de este restaurante se mantiene a pesar de que la normativa vigente en materia de sanidad animal prohibió hacer la matanza en situ, como se celebró aquí durante muchos años. No obstante, a partir de San Martín, El Llar pone al alcance de sus clientes un menú degustación con las mejores viandas de la matanza del chon y el precio del mismo es de 25 euros, con todo incluido.

El menú comienza con la degustación de jijas y borono, a modo de aperitivo y ya desde el primer momento con un buen vaso de vino tinto. De inmediato se incorporan a la mesa los torreznos, bien fritos, de calidad y muy sabrosos. Y culmina esta primera fase con el torto de borono, con su cebolla.

Sopa de cocido o de matanza

El siguiente escalón es la sopa. Este año, como novedad, se ofrecen dos alternativas. Por un lado está la soba de matanza, con el hígado, la cebolla y el pan. Por otro, la de cocido, clásica de fideos, con algo de carne y algún garbanzo suelto; es la sopa del cocido lebaniego. Probada esta última solo se puede concluir que por sabor es espectacular y recomendable. Merece la pena detenerse en este plato tan sencillo y humilde.

Llegado a este punto, aparece en la mesa el cocido montañés o cocido lebaniego, con todo su compagno o moje. Ración abundante, sabores imprescindibles y resultado sobresaliente. Nadie quedará con hambre ni insatisfecho, porque la receta se respeta y el producto es de calidad. La ración da suficiente para poder dividir este plato en dos diferentes, por un lado las alubias con la berza, en el caso del cocido montañés, y por otro, el moje, chorizo, morcilla, costilla y tocino, que bañado por un poco de caldo de las propias alubias es una auténtica delicia.

Todo se completa con las típicas castañas asadas, con el café Dromedario o con Te del Puerto con orujo. La casa ofrece para facilitar la digestión un chupito de orujo.

Todo, con media botella de vino tinto, tiene un precio de 25 euros, muy equilibrado por la relación precio-calidad.

En esta casa también están muy bien acreditadas las carnes rojas a la parrilla que prepara con esmero el propio Alejandro a la vista de los propios clientes.

José Luis Pérez Redactor Jefe

Historiador y arqueólogo, trabajo desde los años noventa en El Diario Montañés donde he sido coordinador editorial de publicaciones y actualmente soy redactor jefe. Escribo de gastronomía desde hace algo más de una década y coordino el suplemento Cantabria en la Mesa.

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