El gran bocado de Javier Ruiz

El chef de Noja gana el premio de la Semana del Bocadillo.

La grandeza y el gran nivel de los cocineros de la región se muestra día a día en pucheros, ollas, sartenes y recipientes de barro. Y también, simplemente, entre pan y pan. Esto ha quedado patente en la primera Semana del Bocadillo de Cantabria que se celebra hasta mañana domingo en una veintena de restaurantes y bares, desde Ramales a Mazcuerras, y cuya final para designar el mejor ‘bocata’ se desarrolló el pasado miércoles en el Hotel-Escuela Las Carolinas de Santander. Javier Ruiz, chef nacido en Noja, fue el triunfador del concurso en el que se dieron cita parte de los mejores cocineros de Cantabria para mostrar lo que son capaces de hacer con su talento, una barra de pan y lo que puedan tener en mano y en mente. Segundo fue Nacho Basurto, del Gastrobar Asubio, y tercero José Luis Trueba, de La Dársena, en Suances. Y si entre los veinte concursantes había grandes nombres de la gastronomía cántabra, no menos los había en el jurado que se encargó de premiar a las tres mejores propuestas. José Antonio González (Nuevo Molino), Ignacio Solana (Solana) Óscar Calleja (Annua) -una estrella Michelin cada uno- y Fran Jerez, experimentado cocinero (Chefsworking), fueron en esta ocasión quienes tuvieron que examinar las creaciones de sus colegas, junto a Ana Abarca (La Gallofa) y Ramón Neria (Amstel).

Javier Ruiz concursó con un bocadillo al que había bautizado como Bocamar. Según él mismo lo definía tras conocer el fallo del jurado: Tres partes distintas en el mismo bocado. «Por un lado -aseguró- a la clásica tortilla de atún se le quita la yema que se utiliza como salsa natural, luego se introducen diferentes elementos de mar (huevas, algas…) que se van comiendo y queso de Las Garmillas para darle la acidez que se precisa».

Javier Ruiz, del Sambal de Noja, formado en el IES Fuente Fresnedo de Laredo y que en esta ocasión representó a La Puentecilla (Oruña de Piélagos), manifestó ser «un aficionado a los concursos», a los que se presenta «para ganar y porque hay que apoyar este tipo de iniciativas». También dijo que el bocadillo que había elaborado le llevó una semana de trabajo para lograr el resultado que buscaba.

El segundo premio fue para Nacho Basurto con un bocadillo llamado Crispy Burguer de Ibérico, con costilla de cerdo y mollete de La Gallofa. José Luis Trueba, el tercero, presentó un Bocata de Mar, con filete ruso marinado con jengibre y cilantro, entre otros.

Fran Jerez, esta vez como jurado en la escuela en la que en su día impartió clases, señaló durante el concurso que «aquí hay un gran nivel. Se nota que hay mucho fondo de cocineros. Todos bocatizan platos, la verdad que muy bien». Para él, «un bocadillo es algo sencillo que apetece a cualquier hora».

Ruiz se llevó 500 euros de premio, Basurto 200, Trueba 100 y todos los participantes un diploma.

Un gran ambiente

Hay que destacar el buen ambiente que se vivió en la cocina de Las Carolinas. Allí grandes cocineros y concursantes ese día, como Joseba Guijarro, Emilio Gutiérrez o Rodrigo Vallejo, no dejaron de bromear con el resto de los participantes, junto a profesores como Juanjo España, Floren Bueyes o Alfonso Fraile. Y si entre el jurado vencieron los tres bocadillos señalados, entre bambalinas no quedó ni rastro de la tortilla de morcilla y ali-oli de Ruisánchez (Mesón Cantabria de Reinosa) ni los chicharrones peruanos de Chumpitaz (La Mar Brava).

Todos esto bocadillos se pueden degustar todavía en los veinte bares restaurantes participantes (Cos, Oruña de Piélagos, Ramales, Santander, Reinosa, Santoña, Solares, Suances, Tanos y Torrelavega), hoy y mañana, acompañados de un botellín de cerveza Amstel Oro, a un precio de 6 euros.