Ibéricos y ricas raciones

Un clásico del Río de la Pila, referencia de picoteo.

El Río de la Pila siempre ha sido sinónimo de ambiente nocturno, de zona de ocio en la que se concentra la gente joven y no tan joven con la intención de alternar, cenar o tomar una copa. Establecimientos hay, algunos emblemáticos como El Riojano, y otros clásicos como el bar Cantabria, una referencia obligada para el picoteo, para cenar o comer de raciones, aunque al mediodía también tienen menús, de 10 euros entre semana y de 14 euros los sábados, domingos y festivos.
La cocina de este establecimiento familiar dirigido por Alejandro Guerra es claramente tradicional, con raciones y platos de siempre. Las raciones son abundantes y la relación calidad-precio digna de ser tenida en cuenta.
La entrada al establecimiento llama la atención por la presencia de embutidos ibéricos y de quesos. Ambas cosas protagonizan el comienzo de la carta, en la que se pueden elegir buenas raciones de jamón, chorizo, lomo, morcón…, o de diferentes tipos de quesos, desde un manchego curado 12 meses hasta uno de cabra. No faltan los de diferentes rincones de Cantabria.
Luego están las ensaladas, siempre una buena compañía para continuar con raciones. Marinera, de ventresca, de jamón ibérico y foie… son algunas opciones para compartir con unas anchoas, unos espárragos de Navarra, un foie o un puding de cabracho. Los fritos son otra seña de identidad aquí, desde las rabas, hasta la morcilla o las croquetas. Los huevos acompañados de diferentes ingredientes son otra solución muy demandada antes de meterse con algo de marisco, con un pulpo, unos mejillones o unos chipirones.
En guisos, siempre hay cocido lebaniego y montañés. Y quien prefiera una cocina más académica, tiene pescados, albóndigas de rape, diferentes tipos de carne hasta llegar al chuletón habiendo pasado por los callos de ternera.
Los postres variados completan la amplia oferta.