Junto a la carretera que sube al cementerio de Ciriego desde el cruce de Corbán se ha abierto hace unos meses una nueva sidrería, La Cuevona. A partir de una edificación de dos plantas, este negocio puede presumir de unas amplias instalaciones para acoger a cerca de dos centenares de personas. La finca tiene su propio aparcamiento y destaca, en la planta superior, la terraza cubierta, a modo de galería abierta.
El planteamiento de La Cuevona es el de la típica sidrería que tanto éxito tiene en las regiones limítrofes: mesas de madera y bancos corridos, existiendo la disponibilidad de que el cliente se auto sirva la sidra que desee sin límite.
El negocio lo han abierto los hermanos López Blanco, ocupándose Víctor Gregorio del trabajo entre los fogones mientras Gema coordina la atención al público en la sala. La cocina es claramente tradicional y la bebida que «justifica» todo el planteamiento, la sidra, es de producción propia a partir de dos hectáreas donde tienen manzanos.
Entre semana, a la hora del almuerzo, tiene buen aceptación el menú del día, con un precio de 12,50 euros. Un ejemplo: garbanzos con bacalao, pochas con chorizo o ensalada, de primero; lomo con patatas o codillo, de segundo; yogurt con frutas o tarrina helado de postre. El menú incluye pan, vino y agua.
Chuletón y bacalao
Ya para las cenas y, sobre todo, en los fines de semana, el cliente tira más de carta -a partir de raciones- o de menús. El menú de sidrería es la ‘estrella’ y se sirve a partir de dos personas. Incluye unas sabrosas croquetas de jamón y bacalao, el bacalao a bras, especialidad de la casa, una ensalada verde y el chuletón con patatas y pimientos y un postre. En este caso el cliente ya puede disfrutar de toda la sidra que desee sin problemas.
Otro menú interesante es el denominado ‘La Cuevona’, con un entrante a compartir cada dos personas a elegir entre ensalada con bonito, tortilla de bacalao, paté de puerros o croquetas; y, luego, con un plato a elegir por persona entre una pata de cabrito asado, una pata de cordero lechal o un bacalao al horno. Igualmente incluye toda la sidra que se quiera, pan y postre.
Y en tercer lugar está el menú ‘maltés’, que lleva croquetas de jamón, dos lomos de bacalao asado, un chuletón de un kilo con guarnición, postre y sidra sin límite.
Además, en la carta hay raciones de 5 a 8 euros como el tomate aliñado, ensalada verde, pimientos de Padrón, tortilla de bacalao, rabas, queso azul, paté de puerros o queso de oveja. Otras opciones, con precios entre 9 y 10 euros, están las raciones de croquetas de bacalao o de jamón, los tacos de bacalao con pimientos, la ensalada con bonito, el queso azul y de oveja o el bacalao bras.
Los platos más contundentes y referencia de la casa son el codillo, las chuletillas de cordero lechal, el bacalao lagarero, el cabrito lechal al horno, el lechazo churro al horno o el chuletón de vaca tudanca de Cantabria, éste último con un precio de 38 euros el kilo.
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