Nueva etapa para Julián Gastelo Nueva etapa para Julián Gastelo
Inicia una andadura en solitario en el restaurante Somavilla, en Carriazo, con su cocina de mercado. Toda nueva etapa profesional para un cocinero implica... Nueva etapa para Julián Gastelo
Inicia una andadura en solitario en el restaurante Somavilla, en Carriazo, con su cocina de mercado.

Toda nueva etapa profesional para un cocinero implica aire fresco, generosas dosis de ilusión y renovados esfuerzos por agradar a la clientela con las clásicas recetas que le han acompañado y con esas nuevas ideas que siempre ha tenido en mente poner en marcha y que se habían quedado en fase de proyecto. Julián Gastelo, chef natural de Torrelavega, decidió a comienzos de este año emprender una nueva andadura en solitario. Dejó las cocinas del Hotel Olimpo en Isla y asumió la dirección del restaurante Somavilla -antes se denominó El Pajar de Somavilla-, en Carriazo, donde abrió el 18 de marzo.

Aquí Julián pone en escena una cocina tradicional, basada en el producto de temporada, muy de mercado y con especialidades clásicas, de esas que no generan rechazo entre los comensales más complicados, y a las que da su toque personal, con algún detalle en la fase de las guarniciones o en el emplatado.

El restaurante cuenta con un menú del día cuidado (15 euros), con un menú especial de fin de semana con platos propios de la carta, que incluye la bebida y el café (23 euros, más IVA), y con una carta generosa en propuestas y con una relación calidad-precio interesante.

De entrada, destacan las anchoas Mingo y varios tipos de ensaladas, como la de morros de bacalao y pimientos de Isla, la de ventresca y cebolla roja encurtida y la de jamón ibérico sobre lecho de vegetales, frutos secos y foie. También idóneas para compartir son las raciones de rabas de calamar fresco, a las que Julián incorpora un toque de ali oli de ajos asados, las gambas frescas de Huelva a la plancha, las almejas de Argoños a la marinera o a la sartén, las croquetas de ibérico caseros o el tentáculo de pulpo a la parrilla.

Para el amante de la cuchara están pensadas las pochas tempranas a la marinera con almejas, y para el apasionado del arroz, el risotto de hongos al parmesano. Otro plato donde se pone de manifiesto la técnica es en el de bonito del norte escabechado a la antigua.

En pescados, los platos de la carta se mueven entre los 13 y los 17 euros. El bacalao es una de las especialidades de este chef, como ya ha puesto de manifiesto en jornadas gastronómicas monográficas. Aquí lo propone tanto al pil pil como en callos con su gelatina.

Otras opciones son el rodaballo, espléndido y abundante, con un refrito de hongos; la parrillada de pescado; el medallón de rape asado; las albóndigas de verdel en salsa marinera con navajas; el lomo de merluza en salsa verde; y los langostinos jalapeños.

Callos

En el capítulo de carnes, los callos de ternera son aquí una referencia, y más llegadas a estas fechas, donde la tradición en el municipio se plasma en que la mayoría de bares y restaurantes ofrezcan los viernes raciones de callos a los incondicionales que peregrinan de un establecimiento a otro tratando de decidir cuáles son los mejores.

Otras opciones ‘carnívoras’ son los medallones de rabo de toro deshuesado, los escalopines de solomillo, las chuleta de vaca de Cantabria a la parrilla, el solomillo -también a la parrilla-, la pechuga de pato al Oporto sobre tierra de hongos, el entrecot a la plancha o la paletilla de lechazo…

El final dulce pone el broche perfecto a cualquier tipo de degustación. Tres buenos ejemplos, la leche frita de chocolate blanco, el tiramisú o los profiteroles rellenos de mascarpone con chocolate.

José Luis Pérez Redactor Jefe

Historiador y arqueólogo, trabajo desde los años noventa en El Diario Montañés donde he sido coordinador editorial de publicaciones y actualmente soy redactor jefe. Escribo de gastronomía desde hace algo más de una década y coordino el suplemento Cantabria en la Mesa.

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