El efecto de la parrilla con carnes y pescados El efecto de la parrilla con carnes y pescados
El Refugio se consolida como referente por sus sabrosas elaboraciones a la brasa. El efecto de la parrilla con carnes y pescados
El Refugio se consolida como referente por sus sabrosas elaboraciones a la brasa.

Los restaurantes no se hacen famosos por casualidad ni cuentan con una consolidada clientela fruto del azar. Para alcanzar el éxito en el día a día, no de forma esporádica, se precisa una regularidad, una apuesta por la calidad en cocina y en el servicio, y, también, unas instalaciones acordes a los objetivos. A estas premisas responde un complejo hostelero como El Refugio, en Tanos, al que Manuel Blanco, desde 2001, y en los últimos años con el apoyo de sus hijos Manuel y Eduardo –por que Iván se dedica al otro negocio familiar, El Rincón de la Coral– ha conseguido situar como un referencia entre los de su especialidad: las elaboraciones a la parrilla.

El Refugio, para quien aún no lo conozca, cuenta con unas instalaciones extraordinarias, en la que es posible atender simultaneamente desde la cocina y la parrilla a cerca de trescientos comensales simultaneamente, algo poco habitual en los tiempos que corren. En los días punta aquí trabajan cerca de treinta personas. Además, dispone de una frecuentada discoteca y de un área de juegos infantiles que ofrecen al cliente otros alicientes. Así, es habitual ver en El Refugio a clientes de todos los perfiles, ya que también su comida tradicional favorece que sea atractiva para todo tipo de públicos. Finalmente, otra de las claves del éxito es la buena relación precio-calidad, ya que aquí existe tanto la posibilidad de comer un buen menú del día –también los fines de semana–, como a la carta.

Raciones, carnes y pescados

Al Refugio históricamente se ha ido especialmente a tomar buenas carnes a la parrilla, pero en los últimos tiempos también los pescados a la brasa tienen mucho éxito. Algunos ejemplos se pueden concretar en buenas piezas de lubina, jargo, san martín, machote, dorada, salmón y, ahora en temporada, bonito. En carnes, con una regularidad interesante, aquí se degustan sabrosas carnes rojas (chuleta, chuletón,entrecot, solomillo), carnes de ibérico (secreto, presa), lechazo (chuletillas), pollo, costilla… El resumen se todas se puede concretar en unas generosas parrilladas.

Al horno también hay elaboraciones que nada desmerecen, caso del cochinillo o el lechazo. Completan las opciones en este capítulo platos tradicionales como el san jacobo, los escalopines al queso, el escalope, el lomo a la plancha o las carrilleras ibéricas.

Una buena bodega, con una selecta representación de vinos de diferentes procedencias, permite alcanzar el maridaje ideal al gusto del cliente.

Por delante, la carta del Refugio proporciona muchas opciones para compartir unas raciones, ya sea alguna de las muchas ensaladas que proponen, como el picoteo a base de rabas, croquetas, callos, chorizo criollo, almejas de Pedreña, chorizo a la sidra, anchoas Serie Oro, gambas, langostinos, chopitos, revueltos, ibéricos, mollejas, foie, setas, pulpo a la gallega o una tabla de quesos de Cantabria. El pulpo también se elabora con acierto a la brasa.

No falta la posibilidad de probar algún guiso de cuchara, tipo cocido o fabada asturiana, o una rica menestra de verduras. Los postres caseros, la tarta de hojaldre de Torrelavega y los helados artesanos ponen el brillante colofón.

José Luis Pérez Redactor Jefe

Historiador y arqueólogo, trabajo desde los años noventa en El Diario Montañés donde he sido coordinador editorial de publicaciones y actualmente soy redactor jefe. Escribo de gastronomía desde hace algo más de una década y coordino el suplemento Cantabria en la Mesa.

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