Si bien los tintos pueden contener cierto punto dulce afrutado, son casi siempre secos. No es el caso de los blancos, donde encontramos desde...

Si bien los tintos pueden contener cierto punto dulce afrutado, son casi siempre secos. No es el caso de los blancos, donde encontramos desde las versiones más secas y neutras, ideales para acompañar el marisco, por ejemplo, a unas soberbias versiones dulces destinadas a acompañar los periodos de meditación, pasando por las ligeramente perfumadas o afrutadas, o las destinadas simplemente a calmar la sed.

Blancos secos y neutros

Este tipo de vino resulta ideal para un día de mucho calor o bien o para acompañar un plato de marisco. Se debe servir bien frío, aunque en realidad es su tersa acidez que recuerda a la manzana ácida o al limón lo que lo hace tan refrescante y permite que combine tan bien con el marisco.

Los blancos con aromas neutros son una especialidad italiana: los elaborados con Pinot Grigio (Pinot Gris) y Pinot Bianco (Pinot Blanc) suelen resultar muy ligeros; el orvieto y el verdicchio duran más y presentan una mayor consistencia; el soave y el frascati suelen ser mediocres, no así el frascati superiore o el soave classico.

En Francia se elabora el muscader del valle del Loira así como el vin de pays des Côtes de Gascogne, en el sudoeste.

Los vinos elaborados en el norte de España con cepas Viura y Verdejo, y que no han fermentado en barricas de roble, son buenos pero algo acídulos.

Si pasa por Portugal no deje de probar el vinho verde elaborado en el noroeste del país, es neutro y con una ligera y refrescante efervescencia.

Borgoñas blancos clásicos

Ricos, suculentos, completamente secos y con un sutil sabor a nueces y avena, así son los vinos que han proporcionado fama mundial a la variedad Chardonnay. Si le gusta este estilo, decántese por los clásicos franceses, entre los que encontrará la máxima expresión del chardonnay envejecido en barricas de roble, el borgoña blanco, con los pueblos de Meursault y Puligny- Montrachet a la cabeza.

De vez en cuando, se elaboran también excelentes vinos en California, el estado de Nueva York, Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica, aunque los mejores son sin duda los franceses. Los productores italianos de la Toscana avanzan a pasos agigantados.

Muy parecidos, aunque con unas sutiles diferencias de sabor, destacan el pessac-léognan y el graves, dos burdeos de primera calidad envejecidos en barricas de roble, donde la Sémillon, mezclada con la Sauvignon Blanc, da como resultado un vino cremoso con toques de frutos secos y reminiscencias de nectarinas.

Aún sin haber envejecido en barricas de roble, el sémillon del valle de Hunter, en Australia, desarrolla con el tiempo unas características muy similares.

Es preciso dejar que todos estos vinos (nada baratos, por cierto) maduren varios años.

Más económicos son nuestros chardonnays de Navarra y Somontano, así como algunos riojas blancos.

Jesús de Diego Sumiller

Sumiller y experto en vino. Con el restaurante Los Avellanos logró una estrella Michelin 2017-2013, que dejó para orientar el negocio a la cocina italiana. Ahora está al frente de La Trattoria, en Tanos.

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