Algo más que un asador Algo más que un asador
La Cresta, en Astillero, ha apostado por la calidad y el buen hacer. Cuando alguien se empeña en hacer las cosas bien, empleando materias... Algo más que un asador
La Cresta, en Astillero, ha apostado por la calidad y el buen hacer.

Cuando alguien se empeña en hacer las cosas bien, empleando materias de primera calidad, dándole una vuelta más a lo establecido y mostrando al cliente que todo lo bueno siempre es mejorable, el éxito está asegurado. Esto es lo que han logrado Gustavo Delgado y María del Carmen Castrillo, propietarios desde 2007 de un asador llamado La Cresta, en la calle Industria de Astillero, junto al Parque de La Cantábrica. Él, un santandereano que lleva tiempo ya en nuestro país y que está plenamente enamorado de Cantabria, ha creado un restaurante de cocina rápida, especializado en pollo, hamburguesas y perritos calientes, que tiene una gran y fiel clientela en una localidad donde abundan los locales de hostelería. Pollo crujiente al estilo americano -único de este estilo en la región-, hamburguesas de 150 gramos con carnes de primera calidad, perritos calientes, pinchos, raciones, patatas con salsas, ensaladas, etc, son la base de este lugar donde, además, han hecho del café un arte, y de los vermuts, los mojitos y las copas, una experiencia inolvidable.

Para empezar, en la terraza recién estrenada y que Gustavo -experto además en diseño gráfico- ha construido con sus propias manos, nada mejor que una ración de rejos, de gran tamaño, muy bien presentada. Tersa pero no dura la carne, en su punto de sal y fritura. La ración cuesta 6 euros y para tres personas es hasta grande. Después unas patatas fritas alibravas, en la que se juntan una salsa picante y la típica ali oli, ambas caseras, que le dan categoría al plato (3,50). La hamburguesa Cresta es una de las especialidades de la casa. Lleva 150 gramos de carne, huevo frito, beicon, cebolla caramelizada casera, tomate, lechuga y una salsa especial, secreto de la casa. Todo ello, entre un estupendo pan recién horneado.

Lo más demandado en La Cresta es su pollo elaborado al estilo americano con una máquina especial que deja la carne muy crujiente por fuera y jugosa por dentro. Jugosa, no cruda, antes se maceró durante seis horas. Este aparato, traído desde los Estados Unidos, fríe cuatro pollos en trece minutos. El pollo crujiente se vende por piezas. Dos, 3,20 euros, y 10 -un ave entera-, 14,90. Dos días a la semana se asan pollos al estilo tradicional, también con su tiempo de maceración. Capítulo aparte merece el café que se sirve en La Cresta. Especial colombiano, el que se solicita con hielo se bate en coctelera, dando un resultado genial. También los mojitos, los vermuts y los tragos largos, se preparan con mimo.

Cuando alguien se empeña en hacer la cosas bien, tiene el éxito asegurado. Este es un ejemplo.

Diego Ruiz Redactor

Santander 1960. Universidad de Cantabria. Sección de Deportes, Cantabria en la Mesa y, a veces, algo de toros.

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