El ambiente de la mañana es tranquilo. El sol que amenaza nuestra piel le hace la competencia a la VII Feria de Gastronomía y Folclore Regional, que se encuentra en los Campos de Sport de el Sardinero. El plan de playa parece estar ganando este pulso. La gente cruza las casas regionales cargada con sus sillas y sombrillas. El objetivo: llegar a El Sardinero y conseguir encontrar sitio. En la casa regional de Aragón, la panceta, el chorizo y la morcilla ya se están cocinando, provocando un olor muy apetitoso. Son las 13:45 horas y el hambre está presente.En la barra ya están dispuestos los bocadillos de jamón de Teruel y otros pinchos. El vaso de vino de Cariñena con su barquillo apetece bien fresquito, el calor tiene toda la culpa. En la casa de Aragón todo es silencio y buen olor para quien quiera estar tranquilo y relajado.
A lo lejos suena una música andaluza a todo volumen. «Hay alegría, hay sueños e ilusión», entona un camarero cuando explica qué han traído de su tierra. Chipirones, tortillas de camarón o un sabroso rebujito –vino manzanilla con un refresco de gaseosa– es la oferta gastronómica en la casa de Andalucía. Los camareros se ríen y tocan las palmas mientras sirven la comida. Saben como meterse a sus clientes en el bolsillo. Aviso para quien se acerque: pueden robarte una pestaña y las promesas que en ella se esconden. Entretanto, en la casa de Navarra se encuentra un simpático cuarteto que cantan una canción mientras alzan sus cervezas bien fresquitas. La escena se hace más entrañable cuando cuentan su historia: son una versión de la película española ‘Ocho Apellidos Vascos’ (2014) de Emilio Martínez Lázaro. José María Cuenca es nuestro Dani Rovira, un ceutí que afirma que «me fui del norte de África a un norte más lejano». La pareja vive en Santander y han recibido la visita de los padres de ella, de Pamplona. «El menú es representativo, han escogido productos de la huerta. Comida que le gusta mucho al navarro, el producto fresco», afirma Nieves Mendiburu, la suegra de José Luis. El marido se aleja de la animada conversación. «Todo navarro debe comprobar la solidez de las mesas», comenta José Luis entre risas. El aludido vuelve y sentencia: «No son de fiar».
Con tanta oferta gastronómica, Nieves añade que «lo único que echo en falta son las sillas», comenta entre risas. A pocos metros se encuentra la casa de La Rioja, siempre pegada a su vecina Navarra. En un ambiente calmado, los ojos azules del camarero Roberto Bellón esperan para atender algún comensal. Rodeado del vino de la tierra o las patatas a la riojana comenta que es su primer año. La veterana casa de Asturias repite un año más, y con ella sus trabajadoras. La experimentada Adela Álvarez, natural de Grado –concejo cercano a Oviedo– afirmaba que «nuestra casa es tranquila, porque ya bastante tenemos con la música de los andaluces». Compartiendo casi pared, Adela prefiere escuchar al cliente más que la música tradicional.
Sin poder el entonar el ‘Asturias patria querida’, el cartel de la siguiente caseta reclama nuestra atención: Pulpo a la gallega. El personal se delata con su particular acento. Juan Negreira responde con timidez y nos cuenta el menú que hace para que a más de uno se le caiga la baba: pulpo, churrasco, lacón, tarta de Santiago… Toda una delicia. Son las 14:30 horas, el estómago anuncia que esta vacío. Unas andaluzas han llegado directas para comer y no les importa en qué casa están. Lo único que quieren es comer. Otros como Raúl Día-Guerra y, su novia, Paloma Rodríguez, vienen desde Madrid a pasar sus vacaciones y es su segundo día en las Casas Regionales.
En Galicia los chorizos ya se ofrecen a cualquier visitante, mientras que en la casa de Castilla y León la empleada Lourdes Rodríguez tiene todos sus pinchos protegidos por el plástico. Lo retira para que se puedan hacer las fotos. Huelen de maravilla. Su sonrisa y alegría se encuentra entre la oferta de esta casa. Variedad de opciones que al final son aperitivos que están entre la merienda y la comida.
El camino es largo y la hora de comer está muy presente. Pero ya hemos llegado a la casa de la tierruca. Cantabria también está representada en esta Feria en la que encontraremos sardinas y otros productos propios. «En Andalucía también los puedes encontrar. Pero los de Cantabria son diferentes, lo hacemos de otra manera completamente distinta», comenta Jonathan Sancho. Se ríe y esconde la cara en señal de vergüenza.
Además de nuestra comida, el Ayuntamiento pone a disposición más casas regionales como la de Castilla-La Mancha, con vino y queso propio de la región. No se puede pedir más en estas fiestas. La comida y el aperitivo están servidos.
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