Una propuesta gastronómica de primer nivel Una propuesta gastronómica de primer nivel
El Restaurante Boudica ofrece un producto de mercado muy bien elaborado. El Palacio de Lloreda, en pleno Valle de Cayón, ha reabierto sus puertas... Una propuesta gastronómica de primer nivel
El Restaurante Boudica ofrece un producto de mercado muy bien elaborado.

El Palacio de Lloreda, en pleno Valle de Cayón, ha reabierto sus puertas de la mano del chef riojano, Eduardo Lumbreras, y su mujer, Maluke Gutiérrez Mantilla, a quienes les avala una sólida trayectoria en el sector de la restauración y de servicios.

Eduardo, a quien le fascina la hostelería desde siempre, ha pasado los últimos siete años como segundo chef en la cocina del espectacular hotel Marqués de Riscal en la Rioja Alavesa. Su experiencia en una cocina de primer nivel le ha permitido poner en marcha una oferta gastronómica de vanguardia en el nuevo Restaurante Boudica (abierto de jueves a domingo), que se encuentra dentro de esta casona palacio del siglo XVI, cuyo nombre significa victoria, haciendo honor a una guerrera celta, con producto de la tierra muy bien elaborado, sin olvidar los sabores originales ni los principios de la cocina tradicional.

Boudica propone un recorrido lleno de sensaciones que agradan en todos los sentidos con una carta asequible, para disfrutar de principio a fin y en la que el comensal encontrará platos modernos y muy personalizados.

Para empezar: una ensalada de queso de cabra con setas, bacon y vinagreta de frutos secos; un fresquísimo tartar de tomate y mango con anchoas del Cantábrico y una ligera sopa de pepino; un ceviche de lubina fresca del Cantábrico, muy bien macerado, con un toque de alga Wakame y nueces; pulpo a la brasa con un toque de ajo-perejil, esferas de salsa Mary y ajoblanco. La propuesta de entrantes se completa con unas originales croquetas de manitas de cerdo, unos bocartes del Cantábrico a la espalda o un canelón de cigala con alcachofas.

La carta continúa con arroces, una de las especialidades del chef, influencia de su etapa como cocinero en Alicante y que el cliente puede elegir a su gusto, más seco o meloso. Las opciones son: de rape y gambas, de pulpo a la gallega o de magro y verduras.

Los pescados y las carnes tienen gran protagonismo en la carta. Los pescados, clásicos y con un ligero toque personal que no defrauda como el bacalao confitado en aceite de romero sobre tierra de aceitunas negras; rape, gambas y alcachofas con salsa de azafrán; lubina al vapor de moluscos con su jugo y musgo de Escocia o la merluza asada con verduritas y caldo marinero.

En carnes, el solomillo de ternera a la sal es otro de los platos estrella de la carta y se acompaña de unas verduritas a la parrilla. Para los amantes de la carne, se propone una chuleta de un kilo aproximadamente y de 15 días de curación para alcanzar el punto óptimo. La presa de cerdo ibérico con queso, curry, yogur y frutos rojos o la paletilla de lechazo asada a baja temperatura, cierran la propuesta en carnes.

Los postres completan una carta a la que no le falta personalidad y cualquiera de las opciones puede ser un buen broche, empezando por el ganache de chocolate sobre bizcocho de aceite y sal; la delicada cuajada con helado de boletus, sobao y sopa dulce de sidra y miel; el tiramisú ‘a nuestro modo’; el sorbete de mojito o las fresas, uvas y queso que saben a beso.

El palacio

Esta casona típica de la arquitectura montañesa dispone de nueve habitaciones, tres de ellas suites, ideales para disfrutar de unos días de descanso en un entorno privilegiado que ofrece múltiples posibilidades, incluidos tratamientos terapéuticos y de belleza. El Palacio de Lloreda dispone también de una terraza jardín donde poderse relajar en cualquier momento del día.

Alicia del Castillo Redactora

Periodista de El Diario Montañés. Forma parte de la sección de suplementos y especiales del periódico.

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