Espárragos

Temporada de espárragos, una de las citas marcadas en rojo en el calendario, y no solo por lo riquísimos que son si no por la cantidad de fibra que nos aportan, la baja cantidad de calorías que tienen y su gran efecto saciante e incluso diurético; esto los convierte en un producto muy interesante.

Para poder degustarlos es tan sencillo como comprar una lata y abrirla, pero nosotros vamos a ir mas allá, vamos a hacer nuestros propios espárragos que os aseguro son una autentica delicia.

El proceso de elaboración para conseguir el esparrago cocido es bien fácil: en primer lugar tenemos que lavarlos y quitar los restos de tierra que puedan tener, para después cortar la parte del tallo.

Si dividimos el esparrago en cuatro partes iguales sería un cuarto de la parte inferior, que es más leñoso y no nos interesa; se puede guardar para otras elaboraciones, como cremas por ejemplo.

Una vez sin el tallo lo que tenemos que hacer es que pelarlos. Para ello, con un pelador y superficialmente le quitamos la primera capa, siempre más o menos empezamos a unos 2 centímetros y medio de la yema.
Ya los tenemos listos para cocer. Lo haremos en abundante agua con sal durante unos 10 o 12 minutos, dependiendo del grosor.

Una vez finalizada la cocción es importante escurrirlos bien y no tirar el agua ya que nos servirá para su posterior conservación. Otro punto importante es el cortar la cocción del esparrago para lo cual los sumergimos en agua con hielo, ya que no queremos que pierdan la textura firme que deben tener.

Ya está, así de fácil es. Ahora es el momento de que la imaginación nos ayude a sacarle el mayor partido a su sabor, textura y propiedades.

Un simple hilo de un buen aceite de oliva virgen extra, una mayonesa, como guarnición de un pescado a la sal, acompañando una merluza en salsa verde, unas alcachofas en salsa, rebozados con jamón y queso, gratinados con un queso de nata suave, probar a combinarlos porque realmente sirven para infinidad de combinaciones.