Hoy me vais a permitir, queridos gastrolectores, que me emocione un poquito.Estas líneas, que habitualmente sirven para informaros sobre la aparición de una nueva...

Hoy me vais a permitir, queridos gastrolectores, que me emocione un poquito.Estas líneas, que habitualmente sirven para informaros sobre la aparición de una nueva obra de literatura gastronómica o recordaros el inmenso placer que en mí produjo la lectura de libros ya más antiguos, van a versar hoy sobre muchos libros y una sola persona, Antonio Tardío, cocinero y empresario, recientemente fallecido en Castro Urdiales.

Hablar sobre la figura de Antonio, para los que le conocisteis, es totalmente innecesario, y para los que no tuvisteis el placer, os diré sencillamente que era una persona de las que hoy en día, para nuestra desgracia, no abundan; en pocas palabras, era un hombre que transmitía un profundo respeto y una gran confianza.

Pero, os preguntaréis, ¿ésta no es una sección de libros?; pues sí, y de ellos voy a hablaros, de una legado recibido por la Escuela de Hostelería de Laredo, IES Fuente Fresnedo, en la que recientemente tuvimos el placer de recibir a una hija de Antonio para comunicarnos la decisión de su familia de donar a nuestra escuela la impresionante biblioteca gastronómica que su padre llegó a tener en sus largos años de profesión: libros de cocinas regionales de España, enciclopedias gastronómicas, libros de vinos, clásicos de la literatura gastronómica, monográficos del pescado, de las verduras, del chocolate, libros en francés; muchos de ellos usados en una cocina, con páginas saboreadas con deleite, disfrutados, algunos de ellos con dedicatoria del autor o de amigos del alma; en fin, libros con vida, con una historia que la familia de Antonio Tardío ha querido que pase a formar parte de nuestra propia historia, que en el fondo es la misma, la que tienen los libros que nos acompañan sin descanso a lo largo de nuestra vida.

Gracias Antonio y familia, gracias en nombre de toda la comunidad educativa del IES Fuente Fresnedo. A partir de ahora sabremos que Antonio Tardío, además de cocinero y empresario, le gustaba, igual que a nosotros, leer gastronomía.

Ángel Luis Gómez Calle Crítico literario

Profesor de la Escuela de Hostelería del IES Fuente Fresnedo de Laredo.

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