Hay un viejo dicho popular que dice que en las casas antiguamente se hacían croquetas ?de lo que sobra?. Nada mas lejos de la...

Hay un viejo dicho popular que dice que en las casas antiguamente se hacían croquetas ?de lo que sobra?. Nada mas lejos de la realidad, se cuidaba muy mucho todo el proceso de elaboración minuciosamente, como todo lo que hacían nuestras madres y abuelas. Últimamente la croqueta, que hace tiempo estuvo denostada, ha vuelto a recuperar el protagonismo que realmente merece porque es uno de los referentes culinarios de nuestra cocina tanto de bar, de restaurante o simplemente de casa.

Esta semana os propongo hacer unas croquetas diferentes y también para que os ayuden en casa los más pequeños y vean como eso que les gusta tanto no viene en una bolsa o en un paquete listo para freír. Y para que vean que si cuidas y mimas a la croqueta como merece se puede convertir en el manjar exquisito.

En primer lugar vamos a utilizar un resto de arroz del día anterior que tengamos en la nevera. Lo vamos a mezclar con un sofrito de cebolla bien pochado y trozos pequeños de queso, por ejemplo, de nata o cualquier otro que nos guste. Daremos forma a las ?croquetas? y las dejamos en la nevera unas 12 horas para que adquieran consistencia. A la hora de freír, las pasamos por huevo y pan rallado y lo hacemos con aceite bien caliente.

Las de garbanzos las vamos a preparar con puré de patatas y garbanzos mezclados, cebolla picada pochada, trozos de chorizo y huevo. Coceremos las patatas en abundante agua con sal y cuando las tengamos listas las pasamos por el pasapurés junto con los garbanzos ?si los tenemos cocidos, perfecto, pero si no nos pueden servir perfectamente unos en conserva, siempre que los escurramos bien el líquido de conservación?. Al puré resultante le añadimos el chorizo, la cebolleta, la sal, el pimienta y un toque de comino en polvo. Lo ponemos en una fuente y a enfriar durante mínimo dos horas tapado con papel film. Transcurrido ese tiempo formaremos las croquetas con dos cucharas, las enharinamos y pasamos por huevo y pan rallado, y las freímos como siempre con aceite caliente.

El secreto de una buena fritura es introducir las croquetas en el aceite bien caliente pero no humeante, de manera que se forme enseguida una capa crujiente alrededor de nuestra elaboración, así conseguimos que no nos cojan mucha grasa y que el interior se haga en su propio vapor.

Ricardo Ezcurdia Cocinero

Para este profesional del mundo de la joyería la cocina es su auténtica pasión, lo que le ha llevado a realizar numerosos cursos junto a grandes cocineros. Esta afición le animó a inscribirse en el concurso televisivo Master chef, donde en alguna edición se ha quedado a escasos pasos de ser seleccionados. Colaborador habitual en Cantabria en la Mesa, pone el contrapunto con sus artículos dando la visión del cocinero aficionado, compartiendo con los lectores sus recetas y sus trucos.

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