Jugar con las palabras con la idea de lograr un bello final y refundir alimentos con la intención de aumentar la sabrosidad de los...

Jugar con las palabras con la idea de lograr un bello final y refundir alimentos con la intención de aumentar la sabrosidad de los mismos, o sea, literatura y gastronomía, tienen muchos puntos en común; tantos que, en ocasiones, se unen en el mismo universo de la belleza y nos hacen gozar por partida doble. Con esta idea, el pasado día 11 de marzo, un buen grupo de gastrolectores tuvimos la oportunidad de disfrutar con dos charlas-debate celebradas en Laredo en las que se trató de vislumbrar esa interrelación más que evidente entre las letras y los panes.

La primera de ellas tuvo como ponente a Paz Gil, un apellido de ‘libro’ en esta región, y con un título tan sugerente como ‘La gastronomía en la novela policíaca’ nos hizo viajar por diversos países y continentes, con autores, algunos conocidos y otros a descubrir, pero todos ellos con alguna reflexión gastronómica en sus enigmáticas novelas. Paz nos acerco a unos personajes que beben más que comen; títulos como ‘La mafia se sienta a la mesa’ o ‘El hombre que amaba a los perros’ fueron catalogados como interesantes novelas con importantes presentes gastronómicos.

Como no podía ser de otra manera, acabamos, ¡cómo no!, con Vázquez Montalbán y su peculiar detective Pepe Carvalho.

A continuación, y sin descanso, David Maroto ‘librero de Bilbao’ quiso centrarse en la actualidad y tituló su ponencia ‘La gastronomía en Juego de Tronos’. En una breve introducción intentó diferenciar los libros de cocina de la literatura gastronómica; interesantes apreciaciones que sirvieron como preámbulo a una larga disertación de una gastronomía pantagruélica, medieval, plagada de platos de carnero y de lampreas, comidas largas, interminables.

Al finalizar, los responsables de ‘El Faro’ cultivaron nuestros estómagos con pinchos de respigos y verdel; si queríamos mantener el binomio ‘literatura-gastronomía’, teníamos que predicar con el ejemplo.

Os dejo con una frase que no sé quien la dijo, pero a mí, me gusta: «El ser humano es un animal que cocina».

Ángel Luis Gómez Calle Crítico literario

Profesor de la Escuela de Hostelería del IES Fuente Fresnedo de Laredo.

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