Ya hemos hablado en alguna ocasión de esta semilla sudamericana que está convirtiéndose en un superalimento de consumo diario. Se usaba en Sudamérica desde...

Ya hemos hablado en alguna ocasión de esta semilla sudamericana que está convirtiéndose en un superalimento de consumo diario. Se usaba en Sudamérica desde tiempos remotos y su nombre en maya significa ‘fuerza’. Científicamente es la semilla de una planta de la familia de la menta denominada ‘Salvia hispánica’.

A pesar de su pequeño tamaño, menor que la mitad de un grano de arroz, la chía está repleta de vitaminas, minerales, potentes antioxidantes, grasas muy saludables, antiinflamatorios y fibra. Sus extraordinarias propiedades para nuestra salud se ponen de manifiesto si cuantificamos algunas de las propiedades de la chía: cinco veces más calcio que la leche, tres veces más antioxidantes que los arándanos, tres veces más hierro que las espinacas, dos veces más fibra que la avena, más potasio que el plátano, más proteínas que cualquier verdura y más grasas omega tres que el salmón. Estas cualidades les confieren sus propiedades protectoras frente a los agentes oxidantes como los radicales libres, sus efectos depurativos y descontaminantes, sus acciones antiinflamatorias y sus acciones protectoras o terapéuticas frente a la hipertensión arterial y los problemas cardiovasculares en general.

Una de las propiedades más interesantes de la chía es su gran capacidad de gelificación. Esto quiere decir que esta pequeña semilla cuando se pone contacto con el agua o con los líquidos intestinales absorbe agua a gran velocidad, se hincha y aumenta hasta diez veces su volumen. Gracias a esta propiedad la chía ejerce efectos saciantes, que ayudan a reducir el hambre y a calmar la apetencia por los picoteos en las dietas para reducir peso. También la Chía gelificada produce cambios en el intestino que retrasan la absorción intestinal de nutrientes como el azúcar y el colesterol. Este efecto ayuda a controlar la glucemia en la diabetes y el exceso de colesterol en la sangre en los casos de dislipemia.

La chía es un producto de una gran versatilidad gastronómica, muy fácil de consumir, incluso por los niños. Tiene un sabor ligero parecido a la nuez. Por eso se puede incorporar a cualquier comida sin que modifique sus características. Por ejemplo en ensaladas, sopas, yogures, zumos, helados, pasteles, rebozados, etc. Casi de la forma que dicten las manías y apetencias de cada cual. Algunas poblaciones indígenas de México toman la semilla de chía mezclada con zumo de limón o de lima y algo de azúcar. A esta bebida le atribuyen propiedades vigorizantes casi mágicas.

Los estudios realizados sugieren que consumir una cucharada sopera de chía al medio día y dos nueces por la noche nos confiere una gran protección frente a la mayor parte de los problemas de salud que nos acechan por encima de la cincuentena.

Solo hay que tener algunas precauciones cuando se consume por primera vez la chía, ya que en algunas personas pueden desencadenarse reacciones alérgicas, normalmente leves. Además, dada su abundancia en grasas omega tres no se debe consumir chía si se está siguiendo algún tratamiento anticoagulante con sintrón o cualquier otro medicamento de similares propiedades.

José Enrique Campillo Médico

Catedrático de fisiología y experto en nutrición y alimentación.

No comments so far.

Be first to leave comment below.