Muchas veces tenemos compromisos que atender en casa y no queremos hacer una cena formal, si no un picoteo algo menos rígido que una...

Muchas veces tenemos compromisos que atender en casa y no queremos hacer una cena formal, si no un picoteo algo menos rígido que una cena sentados en la mesa en la que podamos interactuar, incluso cada uno preparase la comida a su gusto. A mí me gusta, me parece una manera distinta de reunir a la familia o amigos y disfrutar de ellos.

Para este tipo de ocasiones os voy a proponer una receta bien sencilla y que no dejaran indiferente a nadie, incluso con alguno podéis llegar a tener problemas porque se querrá quedar a vivir en vuestra casa. Se trata de un pincho o brocheta de cordero, sencillísimo de hacer y muy resultón. Para su elaboración vamos a necesitar carne deshuesada de cordero que cortamos en dados no muy grandes, cebolla, ajo, un poco de nuez moscada rallada, un poco de jengibre en polvo, comino y toque de cilantro. Vamos a mezclar en un bol todos estos ingredientes y les añadimos un poco de aceite de oliva, ralladura y el zumo de un limón y un poco de cilantro bien picado al gusto. Movemos bien y lo dejamos macerar en la nevera durante unas 5 horas más o menos. Podemos además añadir picante si es del gusto de los comensales o también ponerlo aparte para que luego cada uno se sirva lo suyo.

Una vez pasado este tiempo, insertamos en unos palos de brocheta 4 o 5 trozos, las dejamos escurrir el exceso de líquido que puedan tener y los ponemos a la plancha a fuego medio durante unos 4 minutos por cada lado. Estas brochetas las podemos acompañar por una sencillísima salsa de yogur natural que batimos con un chorro de aceite de oliva, otro de zumo de limón, sal, pimienta y un poco de menta picada, súper refrescante y un poco apaga fuegos si nos pasamos de picante.

Podemos acompañar con un pan de pita que nos puede servir hasta de plato, ya veréis como triunfáis.

Ricardo Ezcurdia Cocinero

Para este profesional del mundo de la joyería la cocina es su auténtica pasión, lo que le ha llevado a realizar numerosos cursos junto a grandes cocineros. Esta afición le animó a inscribirse en el concurso televisivo Master chef, donde en alguna edición se ha quedado a escasos pasos de ser seleccionados. Colaborador habitual en Cantabria en la Mesa, pone el contrapunto con sus artículos dando la visión del cocinero aficionado, compartiendo con los lectores sus recetas y sus trucos.

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