¿Es buena o mala la soja? ¿Es buena o mala la soja?
La soja es uno de los alimentos que más debate está suscitando respecto a la realidad de las virtudes que se le atribuyen. La... ¿Es buena o mala la soja?

La soja es uno de los alimentos que más debate está suscitando respecto a la realidad de las virtudes que se le atribuyen. La soja es una legumbre muy rica en proteínas y de consumo tradicional en oriente desde tiempo inmemorial. En España, hasta hace poco, solo se utilizaba la soja para enriquecer el contenido en proteínas de los piensos destinados al ganado. Las personas la consumían en las dietas vegetarianas estrictas como sustitutivo de la carne. El aumento del consumo de soja se produjo a consecuencia de su contenido en los llamados ‘fitoestrogenos’, unas substancias de acción parecida a las hormonas femeninas y que ayudaban a aliviar los molestos síntomas asociados a la menopausia. Luego se vio que parte de estas moléculas eran isoflavonas, que también tenían potentes acciones antioxidantes y protectoras frente a las enfermedades cardiovasculares, lo que generalizó su consumo a prácticamente toda la población. Hoy día la soja se consume en sus diversas formas y presentaciones: semillas, germinados o brotes y productos derivados como miso, tofu, las llamadas leches de soja y los yogures.

El problema con la soja, como con tantos otros alimentos es que hay que aplicar la regla que «mucho no es mejor». Y las recomendaciones saludables aconsejan no sobrepasar el consumo de 25 gramos diarios de isoflavonas ni los 7 gramos de proteínas de soja al día. Cada cual puede hacer sus cálculos mirando los contenidos en la etiqueta de los productos de soja que consuma habitualmente.

Una de las virtudes que se atribuye al consumo de isoflavonas de soja es que reduce el riesgo de desarrollar cáncer de mama (y también de próstata según estudios recientes). Sobre el cáncer de mama actúa por dos mecanismos. Por una parte el consumo de soja en la menopausia evita que muchas mujeres tengan que recurrir a los estrógenos, que si incrementan el riesgo de desarrollar cáncer. Por otra parte, diversos estudios demuestran que el consumo de soja se acompaña de un menor riesgo de incidencia de cáncer de mama y de las recidivas de este tumor. Este efecto es mayor cuando el estudio se hace en poblaciones asiáticas, probablemente porque allí se comienza a consumir soja habitualmente desde la infancia.

Si se quiere consumir soja para disfrutar de sus beneficios hay que evitar los preparados comerciales elaborados. Es mejor el consumo de soja natural, preferentemente los brotes o germinados y las formas fermentadas (miso, shoyu, tempeh), ya que contienen menos antinutrientes, como los inhibidores de proteasas. Una de las razones para no abusar de la soja es que puede afectar al tiroides. Por eso no conviene consumirla más de dos o tres veces a la semana. Y por supuesto no consumir nada de soja si tenemos síntomas o estamos diagnosticados de hipotoroidismo. Una precaución, si se toma soja, es combinarla con la ingestión de alimentos ricos en yodo (algas marinas o sal yodada), así evitaremos el efecto sobre el tiroides que puede llegar a producir la aparición de bocio.

Con moderación, la soja puede ser un complemento saludable de nuestra alimentación.

José Enrique Campillo Médico

Catedrático de fisiología y experto en nutrición y alimentación.

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