Aunque siempre he pensado que San Valentín es un invento de El Corte Inglés, reconozco que su nimiedad cala en nuestra cultura e inconscientemente...

Aunque siempre he pensado que San Valentín es un invento de El Corte Inglés, reconozco que su nimiedad cala en nuestra cultura e inconscientemente todos esperamos, al menos, un gesto cariñoso que avale el día. Me resulta fascinante cómo nos dejamos llevar por estas celebraciones señaladas en un calendario en el que los eventos ‘importantes’ se suceden casi encadenadamente: la vuelta al cole, los ocho días de oro, navidades, el día de cupido, etc; parece que los medios de comunicación se empeñan ávidamente en que nuestra cartera no tenga descanso, incluso la cuesta de enero ya se promociona como tal haciéndonos creer que se lanzan chollos que pensados fríamente no resultarían como tal.

Lo que está claro es que los restaurantes se llenan de fantásticas promociones y menús exclusivos para que el corazón no deje nunca de latir y que este 14 de febrero sea aún más especial que el del año pasado. Las salas se llenan de mesas para dos, las copas de vino chocan sin cesar brindando por unos sentimientos que parece que afloran más en este día tan señalado, ¿acaso no me querías igual ayer?
Para el negocio está claro que es algo positivo, vengan a comer que les cuidaremos y festejarán por todo lo alto, pero en temas de amor quizás se cuidarían ustedes un poco más si decidiesen celebrar también el 15 de octubre o el 27 de junio. Que acudan a probar viandas simplemente por celebrar una fecha especial es algo que favorece al sector creando un pico pero discúlpenme si yo voto por creer en la excelencia y en apostar por conceptos gastronómicos a los que acudir asiduamente, para celebrar cualquier día, que en pareja es como debería hacerse.

Así que hoy me tomaré la licencia de invitarles a quedarse en casa y convertir un día normal en la fiesta prometida; cocinen para los que aman, regalen de su mano y no de la billetera, agasajen con algo que salga de su interior puesto que siempre, siempre, siempre, será más valorado. Pero no se limiten a hacerlo sólo hoy, al final, quererse ha de ser una fiesta y una ilusión no sólo el catorce de febrero, donde está claro que abundan las mesas para dos.

Clara PVillalón Miss Migas

Me llamo Clara, y lo soy. Soy creativa, testaruda, divertida y un poco locatis. No cierro discotecas y me gusta comer con las manos; si tengo que elegir me quedo con una cocina tradicional pero renovada, sin demasiadas esferificaciones ni metales preciosos.

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